CEOE y sindicatos firmarán un protocolo al acuerdo sobre empleo para dar eficacia a la negociación colectiva

La Conferencia Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y, los sindicatos CC. OO y UGT elaborarán en breve un protocolo anexo al Acuerdo Nacional sobre Empleo, alcanzado el viernes, con el fin de que los aspectos relativos a negociación colectiva recogidos en el mismo tengan aplicación general. Por otra parte, tras las negociaciones -que estuvieron en la noche del jueves al borde de la ruptura-, las centrales sindicales han comenzado a explicar a sus bases el contenido del acuerdo. Mientras UGT no parece probable que encuentre resistencias serias, CC OO ha empezado ya a recoger las crít...

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La Conferencia Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y, los sindicatos CC. OO y UGT elaborarán en breve un protocolo anexo al Acuerdo Nacional sobre Empleo, alcanzado el viernes, con el fin de que los aspectos relativos a negociación colectiva recogidos en el mismo tengan aplicación general. Por otra parte, tras las negociaciones -que estuvieron en la noche del jueves al borde de la ruptura-, las centrales sindicales han comenzado a explicar a sus bases el contenido del acuerdo. Mientras UGT no parece probable que encuentre resistencias serias, CC OO ha empezado ya a recoger las críticas de algunos sectores del sindicato, que no creen en la bondad de los acuerdos alcanzados.

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Hasta el mismo viernes por la tarde hubo serias dudas sobre la posibilidad de lograr un entendimiento entre las distintas partes en las conversaciones sobre empleo. celebradas desde el pasado miércoles en la sede del Ministerio de Economía y Comercio entre representantes del Gobierno, de la CEOE y de las centrales sindicales CC OO Y UGT. En la madrugada del jueves -la reunión acabaría a las 7.30 horas del viernes- no se pudo avanzar gran cosa en las negociaciones, y la larga sesión fue prácticamente dedicada a realizar consultas internas cada parte, en la búsqueda de una salida a la situación.Las posibilidades de que hubiera que salir ante el país para explicar la incapacidad del acuerdo planeó, más que nunca, sobre los reunidos. Según ha podido saber EL PAIS, la CEOE inició las conversaciones en un clima de escepticismo que pesó a lo largo de las mismas en forma harto negativa.

En fuentes cercanas a la organización patronal se llegó a decir incluso que «estamos acostumbrados a ser los malos de la película», cuando alguien comentó que parecía que la CEOE era quien más dificultades estaba poniendo en las conversaciones. Esa sensación y la posibilidad de que ante la opinión pública saliera la CEOE como única culpable del fracaso influyó. sin duda, en el hecho de que el mismo viernes nada más iniciarse las conversaciones, comenzara a circular el rumor de que el acuerdo había sido alcanzado.

El propio Gobierno, con el que la patronal mantuvo a lo largo de los tres días contactos continuos en el transcurso de los recesos, habría incluido, según comenta ron a EL PAIS en medios solventes, para que las posturas de dureza adoptadas por la parte em presarial se fueran poco a poco diluyendo.

De acuerdo con estas fuentes los representantes gubernamen tales habrían mostrado cierto nerviosismo en la madrugada del viernes, a medidaquese acercaba la hora de acudir al Consejo de Ministros, donde tenían que informar del desarrollo de los en cuentros.

El cambio de perspectivas ex perimentado entre la madrugad del viernes y la tarde de ese mismo día. al echar la patronal sobre la mesa su oferta de banda sala rial que coincidía con la petició de los sindicatos, del 9% al 11%, podría tener su origen, según distintas informaciones, por algun advertencia hecha en este sentido por los representantes del Gobierno hacia la CEOE.

Las quejas de la patronal respecto a que en las conversacione no se abordaran temas de política económica que fue la constante a lo largo de los tres días y sus tres noches- podrían haber encontrado eco en los representantes del Gobierno. De ahí la insistencia de los mismos, una vez finalizadas las conversaciones, en que los acuerdos incidirían positiva, mente en la política económica del Gobierno.

Palabras que indudablemente tenían un destinatario que no era fundamentalmente el que en aquellos momentos escuchaba.

Un AMI más amplio

Al finalizar las negociaciones, el ambiente de satisfacción era patente en todas las partes. El Gobierno, a pesar de las cesiones hechas, se encontraba entre las manos con un instrumento que le serviría sobre todo para contar con unas posibilidades de maniobra en el campo social nada despreciables. Los sindicatos, tal como reconocerían más tarde, habían conseguido implicar al Gobierno en un pacto que, aunque no fuera repetición exacta del acuerdo-marco interconfederal (AMI), se movía bajo los mismos supuestos y conseguía, por otra parte, aspectos no reflejados en él.Para UGT suponía que la política negociadora iniciada con el AMI se veía refrendada no ya por la patronal, como ocurría con aquél, sino por el mismo Gobierno. Y CC OO conseguía subir a un carro del que se había bajado de forma precipitada en el año 1979. Las consecuencias de su deserción, poco valoradas entonces por la central comunista, las habría estado sufriendo desde entonces, tanto en pérdida de fuerza como en una relegación a segundo plano en la que su misma decisión la había colocado.

El reforzamiento sindical logrado con los acuerdos viene dado sobre todo por esa participación en la gestión de organismos de la Administración y el papel que, junto con las otras fuerzas, jugará a partir de ahora en el cumplimiento de los mismos.

Máxime además cuando, según ha podido saber EL PAIS, la CEOE y los propios sindicatos tienen la intención de elaborar un protocolo que elevarían al IMAC de cara a que los acuerdos sobre negociación colectiva recogidos en el documento tengan aplicación general y no se circunscriban a las partes firmantes. No se trata ya de un AMI de eficacia relativa, sino de un acuerdo nacional que afectará al conjunto de los trabajadores.

Sindicalismo para todos

Por otra parte, el aspecto de solidaridad de los acuerdos, que han destacado por igual Gobierno, patronal y sindicatos, tiene para estos últimos un mayor contenido. Como decían Nicolás Redondo, por UGT, y Ariza, por CC OO, la importancia dada al tema de cobertura de desempleo supone un sindicalismo para todos, al margen de cotizaciones. «Impedir», decía Redondo, «esa separación entre los que tienen y los que no tienen trabajo».Los sindicatos tienen además, a partir de la firma de los acuerdos, la tarea de convencer a sus bases de la bondad del pacto logrado. Para UGT, la tarea en principio no parece presentar serias dificultades, teniendo en cuenta que acuerdos como el AMI fueron aceptados sin excesivos problemas y han resultado instrumentos de consolidación de la central socialista en el campo sindical. Las dificultades las tendrá CC OO, que, con un congreso a quince días vista, conflictivo y difícil, ha comenzado ya a recoger las andanadas de sectores que no creen que los acuerdos respondan a la política del sindicato.

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