Veintisiete países plantean una lucha común contra las multinacionales farmacéuticas

Organizaciones no gubernamentales de veintisiete países han dado nacimiento en Ginebra a la que se ha denominado Acción Internacional de Salud, una verdadera coalición internacional para, a través de una «campaña internacional sostenida, vigorosa y multiforme», luchar contra «la conducta inadecuada de las multinacionales farmacéuticas frente a los consumidores», especialmente de los países del Tercer Mundo.La conferencia, que reunió a las ONG específicamente para analizar el problema del comercio de los medicamentos en el mundo de cara a las multinacionales, contó con el copatrocinio de la Coa...

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Organizaciones no gubernamentales de veintisiete países han dado nacimiento en Ginebra a la que se ha denominado Acción Internacional de Salud, una verdadera coalición internacional para, a través de una «campaña internacional sostenida, vigorosa y multiforme», luchar contra «la conducta inadecuada de las multinacionales farmacéuticas frente a los consumidores», especialmente de los países del Tercer Mundo.La conferencia, que reunió a las ONG específicamente para analizar el problema del comercio de los medicamentos en el mundo de cara a las multinacionales, contó con el copatrocinio de la Coalición de Grupos de Acción para el Desarrollo (BUKO), que tiene su sede en Alemania Occidental. Su presidente, Roland Fett, al inaugurarse la conferencia habló claro:

«Las multinacionales han acumulado experiencia y técnica en estos últimos tiempos, para influenciar el sistema de Naciones Unidas, particularmente en el campo de la industria farmacéutica, logrando bloquear programas, tanto de la Oroanización Mundial de la Salud (OMS), como de la Organización de las Naciones para el Desarrollo Industrial (ONUDI), sobre los medicamentos esenciales, como asimismo otras iniciativas destinadas a controlar el comercio internacional de medicamentos, en algunos casos peligrosos, y en otros inútiles».

Las principales críticas, que más bien tienen carácter de denuncia, se refieren a los «métodos costosos y apremiantes que utilizan las multinacionales farmacéuticas para comercializar y promover sus productos», «la oferta de medicamentos inapropiados y sin justificación, especialmente en los países en desarrollo», «la venta de un gran número de productos inútiles o verdaderamente peligrosos», «los beneticios excesivos, las prácticas de monopolio, y otras formas de abuso en los mecanismos del mercado», y una información inadecuada y a menudo engañosa destinada a estimular a los médicos sobre las bondades de ciertos productos.

Esta denuncia surge sólo algunas semanas después que la International Federation of Pharmaceutical Associations (que agrupa a las multinacionales de la farmacopea), anunció un nuevo código sobre las prácticas comerciales internacionales de los productos farmacéuticos. Para los sostenedores de esta Acción Internacional de Salud, este anunciado código no es otra cosa que un simple parche, en otras palabras, una tentativa de las multinacionales destinada a eludir las críticas procedentes del exterior del ámbito multinacional.

Al término de la conferencia de las ONG quedaron prácticamente delineados los mecanismos que se utilizarán para denunciar los abusos de las multinacionales de la farmacopea, llégándose a concebir la idea de una verdadera Interpol de consumidores; es decir, una red internacional destinada a realizar un control e intercambiar información.

Una de las conclusiones de esta conferencia es que se trata de «poner fin a la anarquía comercial que reina en la competencia entre los productos farmacéuticos prescriptibles (entiéndase competencia entre las multinacionales), para dar paso a un reemplazo progresivo de los medicamentos de marca por medicamentos genéricos cuyo valores generalmente inferior».

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