La RFA, entre la venta de tanques a Riad y la enemistad de Tel Aviv

El canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Schmidt, inicia mañana, lunes, un viaje a Arabia Saudí con la intención de que los saudíes no conviertan la compra de carros de combate alemanes Leopard 2 en «piedra de toque» de las relaciones entre Bonn y Riad. Por consideraciones de índole moral, sobre todo de cara a Israel, el Gobierno de la RFA no puede aprobar todavía la venta de tanques a un país árabe, pero en Bonn se confía en que la situación pueda evolucionar y hacer posible el negocio.

No lo tiene fácil el canciller Schmidt en su visita a Arabia Saudí. Los saudíes quie...

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El canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Schmidt, inicia mañana, lunes, un viaje a Arabia Saudí con la intención de que los saudíes no conviertan la compra de carros de combate alemanes Leopard 2 en «piedra de toque» de las relaciones entre Bonn y Riad. Por consideraciones de índole moral, sobre todo de cara a Israel, el Gobierno de la RFA no puede aprobar todavía la venta de tanques a un país árabe, pero en Bonn se confía en que la situación pueda evolucionar y hacer posible el negocio.

No lo tiene fácil el canciller Schmidt en su visita a Arabia Saudí. Los saudíes quieren comprar armamento en la RFA, concretamente los carros Leopard 2, en una cifra todavía no especificada. En Bonn circulan cifras que van desde algo menos de trescientos hasta 1.800, se supone que a largo plazo.La intención de Arabia Saudí es lograr una diversificación en los suministros de armamento y no depender exclusivamente de uno o dos proveedores. El Gobierno de Bonn haría de buena gana el negocio. «No conozco a ningún Gobierno que rechazara una oportunidad así», dijo el portavoz, secretario de Estado, Kurt Becker.

El problema es el pasado reciente alemán, que pesa todavía como una losa sobre la RFA. En vísperas del viaje de Schmidt, salieron a la calle en Bonn grupos de judíos con pancartas que decían Con armas alemanas los saudíes pueden organizar otro holocausto, Ni una sola arma a cambio de dinero y otra en la que se veía una caricatura de Schmidt, que se lavaba las manos en un chorro que salía del cañón de un tanque. La interpretación de si el chorro es petróleo o sangre judía quedaba abierta.

El canciller, que de buena gana llevaría adelante el negocio, tendría que enfrentarse a su propia fracción parlamentaria socialdemócrata, donde esta vez no sólo los izquierdistas están en contra, sino también muchos del ala derecha, que consideran inmoral la venta de armas a un país que podría ponerlas en servicio en una guerra contra Israel.

Presiones de la industria alemana

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De otro lado están las presiones de la industria alemana, que desea a toda costa llevar adelante el mayor número de negocios con los económicamente potentes saudíes. La venta de armas favorecería considerablemente el clima para la venta de otros productos alemanes.

En este interés coinciden también los sindicatos alemanes, que son favorables a todo aquello que pueda aumentar puestos de trabajo, aunque sea la venta de armas.

Para el Gobierno federal, las buenas relaciones con Riad son muy importantes. Arabia Saudí suministra actualmente el 27% del petróleo que importa la RFA. De la región del Golfo, la RFA importa un total del 40%.

Bonn desea conseguir un «reciclaje» de los petrodólares, que lo pagado por el petróleo vuelva a la RFA a través de la exportación de tecnología. En la actual situación económica de la RFA, con importante déficit en la balanza de pagos, la posibilidad de vender en gran escala a Arabia Saudí es muy interesante, porque al mismo tiempo sirve para asegurarse el suministro de petróleo.

Arabia Saudí será probablemente el principal prestamista del empréstito conjunto franco-alemán, que aportará a la RFA 6.300 millones de marcos (unos 250.000 millones de pesetas), que Bonn quiere destinar a proyectos para reducir el consumo de petróleo, fomento de la construcción y reducción del paro. Fuentes del Gobierno de Bonn expresan el temor de que otros países puedan adelantarse y ganarse el favor de los saudíes; concretamente, el Reino Unido y Estados Unidos están dispuestos a la venta de armamento, mientras la RFA todavía no ha resuelto el problema.

La idea central de Schmidt en el viaje será evitar que el tema de la venta de armas pase a ocupar un primer plano, «que los Leopard 2 se conviertan en el núcleo de las relaciones con Arabia Saudí», comentó en Bonn una fuente del Gobierno federal.

Schmidt necesita tiempo para poder llevar adelante la venta de tanques. La situación podía ser más favorable después de que otros países aliados de la RFA hayan iniciado las ventas de armas. También podría mejorar la situación un cambio de Gobierno en Israel, con Shimon Peres de jefe de Gobierno en Tel Aviv. Schmidt no puede ver al actual jefe de Gobierno israelí, Menájem Beguinm que frecuentemente saca a relucir la sangre judía derramada en la segunda guerra mundial como arma propagandística contra la RFA. Schmidt necesita tiempo para cambiar las bases legales que permitan a la RFA la exportación de armas a un país fuera de la Alianza Atlántica (OTAN). En Bonn se trabaja en la elaboración de un nuevo concepto de zona de tensión que deje un margen más amplio a la exportación de armas.

Los portavoces del Gobierno federal intentan quitar importancia al tema de la venta de los tanques y centrarlo en otros puntos.

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