Previsiones

Rebasada ya con mucho la frontera temporal del primer trimestre, los expertos y estudiosos se afanan por arrojar alguna luz sobre los resultados que, desde el punto de vista económico, pueda ofrecer a su final el ejercicio de 1981. No se escatiman, sin embargo, las cautelas a la hora de aventurar juicios, porque las incertidumbres son grandes, y no sólo en el ámbito propio, y la interdependencia de las economías es cada vez mayor. Con lo que la evolución está también condicionada, en alguna medida, al comportamiento de las principales variables en los países con los que la interrelación es más...

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Rebasada ya con mucho la frontera temporal del primer trimestre, los expertos y estudiosos se afanan por arrojar alguna luz sobre los resultados que, desde el punto de vista económico, pueda ofrecer a su final el ejercicio de 1981. No se escatiman, sin embargo, las cautelas a la hora de aventurar juicios, porque las incertidumbres son grandes, y no sólo en el ámbito propio, y la interdependencia de las economías es cada vez mayor. Con lo que la evolución está también condicionada, en alguna medida, al comportamiento de las principales variables en los países con los que la interrelación es más estrecha.Encontramos, sin embargo, un denominador común en la mayoría de los pronósticos hasta ahora conocidos: la ausencia de signos claramente optimistas de cara a los próximos meses. Ciertamente, tal actitud coincide con la mostrada por los organismos internacionales, que efectúan casi constantes correcciones a la baja de sus iniciales previsiones a la luz de las circunstancias súbitamente cambiantes del entorno mundial.

De hecho, las primeras estimaciones avanzadas por el Gobierno con ocasión del debate presupuestario están siendo revisadas por los ministros competentes y a través de manifestaciones de muy diversa índole y origen puede deducirse que, en su pensamiento, la evolución de las macromagnitudes más importantes va a diferir sensiblemente de la entonces anunciada. Y, por supuesto, no para mejorar. Ese 4% de crecimiento del PIB, que se considera necesario para quebrar definitivamente la tendencia del desempleo, se reducirá, sin duda, a un porcentaje mucho más modesto. A juicio de José Luis Leal, anterior ministro de Economía, podría rondar el 1 %. Quizá el retorno de la vacación pascua¡ sería fecha oportuna para una comparecencia formal del ministro García Diez o del propio presidente Calvo Sotelo ante el Congreso, con el fin de rendir informe puntual de la marcha de la economía española en el primer trimestre y permitir, en base a esa detallada exposición, extraer consecuencias lógicas en orden a los resultados finales. Una decisión en este sentido tendría excelente acogida en todos los ambientes y desvanecería recelos o temores.

, 23 de abril

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