Pakistán recibirá en cinco años 2.500 millones de dólares en ayuda militar nortearnericana

Al refuerzo de la defensa saudí se añade el acuerdo de principio concluido ayer, en Washington, entre Estados Unidos y Pakistán, para un plan de cooperación militar quinquenal, dotado de una ayuda anual de quinientos millones de dólares, más de 40.000 millones de pesetas.Menos puntilloso que su antecesor, Carter, que condicionaba la ayuda militar a Pakistán al control de la exploración nuclear paquistaní, capaz de dotar a Islamabad del arma atómica, el presidente Ronald Reagan, a través del secretario de Estado, Alexander Haig, confirmó al ministro paquistaní de Asuntos Exteriores, Agha Shahi,...

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Al refuerzo de la defensa saudí se añade el acuerdo de principio concluido ayer, en Washington, entre Estados Unidos y Pakistán, para un plan de cooperación militar quinquenal, dotado de una ayuda anual de quinientos millones de dólares, más de 40.000 millones de pesetas.Menos puntilloso que su antecesor, Carter, que condicionaba la ayuda militar a Pakistán al control de la exploración nuclear paquistaní, capaz de dotar a Islamabad del arma atómica, el presidente Ronald Reagan, a través del secretario de Estado, Alexander Haig, confirmó al ministro paquistaní de Asuntos Exteriores, Agha Shahi, que Washington reforzará el potencial militar de Pakistán. La invasión soviética en Afganistán y la resistencia activa de la guerrilla afgana son factores importantes dentro de la nueva visión norteamericana a favor del general Mohamed Zia Uh-Haq, presidente de Pakistán.

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Zia UI-Haq, que ordenó la ejecución del líder político paquistaní Alí Bhuto, a pesar de la oposición de la mayoría de los gobernantes occidentales, consideró como «un puñado de cacahuetes» el programa de ayuda militar, de quinientos millones de dólares en dos años, que proponía Jimmy Carter. Hoy, el presidente Ronald Reagan, más generoso que su predecesor en la Casa Blanca frente a los «aliados seguros» de EE UU, amplía el calendario y el volumen de la ayuda a Pakistán, para contrarrestar la influencia soviética en Afganistán y los coqueteos permanentes de la India de Indirá Gandhi con la Unión Soviética.

La «feria de armas» norteamericana, con particular incidencia no sólo en la defensa occidental, sino también en las multinacionales del sector, será seguida en el futuro con importantes nuevas ventas a los países aliados de Washington,

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