Ya son 24 los niños negros asesinados en Atlanta (EE UU)

La vigésima cuarta víctima del asesino o los asesinos de Atlanta fue descubierta el pasado domingo en esta ciudad norteamericana del Estado de Georgia, según anunciaron ayer las autoridades policiales. Se trata de Joseph Bell, un muchacho, de color de quince años, que había desaparecido el pasado 2 de marzo en extrañas circunstancias. El cadáver, descompuesto, del joven Bell apareció en un paraje abandonado de la orilla del South River, que riega Atlanta. El estado de su cadáver dificultará, probablemente, la autopsia que desde ayer practican varios forenses locales.En los cuatro últimos meses...

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La vigésima cuarta víctima del asesino o los asesinos de Atlanta fue descubierta el pasado domingo en esta ciudad norteamericana del Estado de Georgia, según anunciaron ayer las autoridades policiales. Se trata de Joseph Bell, un muchacho, de color de quince años, que había desaparecido el pasado 2 de marzo en extrañas circunstancias. El cadáver, descompuesto, del joven Bell apareció en un paraje abandonado de la orilla del South River, que riega Atlanta. El estado de su cadáver dificultará, probablemente, la autopsia que desde ayer practican varios forenses locales.En los cuatro últimos meses, otros cuatro muchachos de color fueron hallados muertos en parajes similares cercanos al río. La policía considera que el asesino o asesinos, cuyos primeros crímenes se remontan a veintiún meses atrás, intentan por este procedimiento borrar los rastros de fibras similares hallados por los investigadores en los cadáveres de los niños negros.

Joseph Bell, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado casi desnudo, murió probablemente asfixiado poco después de desaparecer el pasado 2 de marzo. Según M. Harp, dueño de un establecimiento en el que el muchacho trabajaba, éste telefoneó después de su desaparición al establecimiento y aseguró que se hallaba casi muerto. Acto seguido colgó Harp telefoneó posteriormente a la policía, a quien informó de lo ocurrido.

La nueva víctima de Atlanta pertenecía también a los medios negros más pobres de la ciudad. Según Harp, Bell no temía al asesino o asesinos, y este sentimiento de invencibilidad se encuentra, según las autoridades y la policía de Atlanta muy extendido entre los niños y muchachos de la ciudad. Por unos pocos dólares, los chiquillos continúan subiendo sin dificultades ni caución alguna a los automóviles de desconocidos, según la propia policía ha demostrado con agentes de paisano.

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