Se desmiente que haya riesgos sanitarios por posibles yacimientos de uranio en León

Las reservas a favor del Estado de posibles yacimientos de uranio en la provincia de León serán levantadas próximamente, a petición de la Junta de Energía Nuclear, para que sea la iniciativa privada quien investigue y explote dichos yacimientos. La decisión de la JEN sigue a una investigación de las aguas de la provincia, en la que no se ha detectado un peligro sanitario inminente -riesgo de mortalidad por cáncer- y a la negativa de la Caja de Ahorros de León a consorciarse con el Estado para la explotación del uranio.

Un portavoz de la Junta, Francisco de Pedro, director de la unidad d...

Las reservas a favor del Estado de posibles yacimientos de uranio en la provincia de León serán levantadas próximamente, a petición de la Junta de Energía Nuclear, para que sea la iniciativa privada quien investigue y explote dichos yacimientos. La decisión de la JEN sigue a una investigación de las aguas de la provincia, en la que no se ha detectado un peligro sanitario inminente -riesgo de mortalidad por cáncer- y a la negativa de la Caja de Ahorros de León a consorciarse con el Estado para la explotación del uranio.

Un portavoz de la Junta, Francisco de Pedro, director de la unidad de programación y control del Plan Nacional de Exploración de Uranio, manifestó ayer, en una conferencia de Prensa celebrada en el Gobierno Civil de León, que los indicios sobre minerales radiactivos en esta provincia no habían resultado lo suficientemente interesantes como para que la JEN desviara sus actuales fondos de investigación hacia estas zonas. Actualmente, el Plan Nacional de Exploración de Uranio abarca unos 110.000 kilómetros cuadrados, en los que no se incluye la parte montañosa de la provincia de León.Francisco de Pedro añadió que, en cualquier caso, las muestras de agua analizadas -más de 13.000- arrojaban un contenido de uranio químico muy inferior a la media nacional, y que «otras tantas medidas puntuales de radiometría», realizadas en una extensión de 20.000 kilómetros cuadrados, descartaban igualmente el peligro de que el uranio se concentrara en dosis letales tanto en las plantas como en los animales que sirven de base a la alimentación humana. Dijo, sin embargo, desconocer el índice de mortalidad por cáncer en la zona.

En cuanto al valor económico de los posibles yacimientos leoneses, insistió en que la Junta no podía financiar su investigación sin disponer de las debidas garantías en cuanto a rentabilidad -un mínimo de dos millones de toneladas de mineral bruto-, por lo que el Estado debía limitarse a impulsar los proyectos privados. Señaló también como ejemplo que el Estado se había consorciado en dos ocasiones con empresas privadas -Chevron y Esso- para realizar proyectos de este tipo, en los que la inversión. estatal se descontaba de los primeros beneficios que seguían a las investigaciones. Uno de los consorcios (Chevron) ha quedado roto en estos momentos, al no haberse encontrado ningún yacimiento rentable. En todos los casos, las directrices gubernamentales se dirigen a que la financiación sea llevada íntegramente por la iniciativa privada «con el compromiso estatal de suplementar lo que falte».

Las declaraciones del portavoz de la Junta han abierto interrogantes sobre los intereses económicos que giran en torno al descubrimiento de los posibles yacimientos de uranio en León. Así, tras mostrarse extrañado del sigilo coii que la Caja de Ahorros había llevado todo el tema, Francisco de Pedro declaró que la investigación de tales yacimientos había sido negociada en función de que la Caja entrara a formar parte de un nuevo consorcio con el Estado, con un proyecto propio de exploración que incluso fue presentado en la JEN el 112 de marzo de 1980 y debatido cinco días después.

Estas declaraciones contrastan con otras del entonces presidente de la Caja, Emilio Hurtado, en las que se señalaba que esta última entidad no había recibido ninguna respuesta a las peticiones de participar en la investigación o explotación de los posibles yacimientos.