Los Blues Band, en el frontón

El concierto de la Blues Band (el lunes pasado) comenzó tarde. Tal vez ello fuera debido a que el partido Cavadas-Minondo contra Ansorena III-Eguía duró más de lo previsto. Porque resulta que el concierto se celebró nada menos que en el frontón Madrid, con sus bares en cada planta, sus tableros de apuestas, su red y sus historias murales de pelotaris famosos. Pero anunciar un concierto a las once de la noche para que comience a las 23.40 horas y acabe cuando ya ha cerrado el Metro, parece algo excesivo.Comenzó abriendo Carolina, un grupo de rock duro, todo lleno de suramericanos, que se lo mon...

El concierto de la Blues Band (el lunes pasado) comenzó tarde. Tal vez ello fuera debido a que el partido Cavadas-Minondo contra Ansorena III-Eguía duró más de lo previsto. Porque resulta que el concierto se celebró nada menos que en el frontón Madrid, con sus bares en cada planta, sus tableros de apuestas, su red y sus historias murales de pelotaris famosos. Pero anunciar un concierto a las once de la noche para que comience a las 23.40 horas y acabe cuando ya ha cerrado el Metro, parece algo excesivo.Comenzó abriendo Carolina, un grupo de rock duro, todo lleno de suramericanos, que se lo montaron francamente bien.

La Blues Band, por su parte, se nos venía encima con los nombres míticos de Paul Jones (ex Manfred Marin), Tom McGuinnes y Hughie Flinte. Y lo que hicieron fue rhythm and blues. Principio y final, porque los tres se dedicaban a esto a principios de los sesenta, en el entonces naciente Marquee, de Alexis Korner y John Mayall. Con lo cual teníamos sobre el escenario a dos cantantes famosos que se alternaban largando clásicos del estilo, con una convicción rara y una bonita forma de atacar temas supertrabajados. Paul Jones le daba bien a la armónica, instrumento poco visto por nuestro país, y como las composiciones propias eran homenajes descarados a blues históricos, todo aquello pasaba con gusto y coherencia. Evidentemente, el blues es el principio y el final.