Apoyo a los Reyes
El apoyo unánime a la figura del Rey, que gallardamente resistió el envite para devolverlo con unas palabras de singular nobleza, honró a los representantes del pueblo vasco, que en las urnas recibieron el apoyo de quienes han apostado por el diálogo como solución pacífica de los problemas.Ayer sosteníamos desde estas líneas que la contestación tenía derecho a expresar democráticamente sus reivindicaciones. Pero el suceso de Guernica representó, además de una flagrante descortesía, un desprecio por el diálogo democrático difícil de imaginar y olvidar. Quienes han rechazado participar en las in...
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El apoyo unánime a la figura del Rey, que gallardamente resistió el envite para devolverlo con unas palabras de singular nobleza, honró a los representantes del pueblo vasco, que en las urnas recibieron el apoyo de quienes han apostado por el diálogo como solución pacífica de los problemas.Ayer sosteníamos desde estas líneas que la contestación tenía derecho a expresar democráticamente sus reivindicaciones. Pero el suceso de Guernica representó, además de una flagrante descortesía, un desprecio por el diálogo democrático difícil de imaginar y olvidar. Quienes han rechazado participar en las instituciones, para, a través del diálogo civilizado, buscar soluciones para los muchos problemas del País Vasco, trataron en Guernica -dicho de una manera llana- de «montar el número». Y. sin embargo, consiguieron el efecto contrario, porque la figura del Rey salió fortalecida, aupada por una reacción de apoyo sin tibiezas.
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