Cobertura informativa

(-)Junto a la serenidad del Rey, hay otro aspecto a destacar en este suceso: la cobertura informativa que ha hecho del mismo la televisión. Sorprendiendo a sus millones de espectadores, de un modo agradable, Televisión Española ofreció una amplia información gráfica del suceso. Así tuvimos ocasión de ver la actuación de la minoría que lo provocó y la reacción de don Juan Carlos. Sin necesidad de comentarios, el espectador pudo hacerse su juicio. Esta objetividad es el mejor servicio que cabía hacer al monarca y al Estado porque descubrió la distinta forma de comportamientos.Acostumbrados como ...

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(-)Junto a la serenidad del Rey, hay otro aspecto a destacar en este suceso: la cobertura informativa que ha hecho del mismo la televisión. Sorprendiendo a sus millones de espectadores, de un modo agradable, Televisión Española ofreció una amplia información gráfica del suceso. Así tuvimos ocasión de ver la actuación de la minoría que lo provocó y la reacción de don Juan Carlos. Sin necesidad de comentarios, el espectador pudo hacerse su juicio. Esta objetividad es el mejor servicio que cabía hacer al monarca y al Estado porque descubrió la distinta forma de comportamientos.Acostumbrados como estábamos a que, incluso en el fútbol, cuando se producía el más mínimo incidente las cámaras apuntaran al marcador o a las golondrinas, la información realizada en esta ocasión nos parece que abre una esperanzadora senda en el tratamiento de los temas nacionales por parte de este poderoso medio de comunicación. ( ... )

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