Crítica:

Soler Serrano en "Sin fronteras"

Televisión Española rompe esta noche (21.30 horas) su esquema habitual de emisiones para programar, una vez más, el espacio Sin fronteras, que, como en ocasiones anteriores, no tiene más razón de actualidad que la justificación del sueldo del director-presentador del programa y su continuidad en la pantalla. Mal estudiadas y peor realizadas, largas entrevistas, durante más de cinco años, contribuyeron a que la fórmula y el personaje se hayan desgastado. Comparar a Soler Serrano con Walter Cronkite es demasiado elogio para el español si no fuera porque éste, por su sueldo (que llegó a ro...

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Televisión Española rompe esta noche (21.30 horas) su esquema habitual de emisiones para programar, una vez más, el espacio Sin fronteras, que, como en ocasiones anteriores, no tiene más razón de actualidad que la justificación del sueldo del director-presentador del programa y su continuidad en la pantalla. Mal estudiadas y peor realizadas, largas entrevistas, durante más de cinco años, contribuyeron a que la fórmula y el personaje se hayan desgastado. Comparar a Soler Serrano con Walter Cronkite es demasiado elogio para el español si no fuera porque éste, por su sueldo (que llegó a rondar el millón de pesetas al mes), era económicamente el Conkite de nuestra televisión. A diferencia del americano, Soler Serrano sustituye su busto por las imágenes de los protagonistas de las noticias y goza de un trato preferente sobre cualquier programa que vaya a emitirse a continuación de la segunda edición de Telediario.

Hay personas, bustos y rostros en Televisión Española -Joaquín Soler Serrano es prototipo de ellos- que en sus largos años de servicio en este medio no aprendieron nada de otros bustos mucho más competentes, más profesionales prefieren decir en Prado del Rey, como Walter Cronkite.

El hombre más popular de la televisión norteamericana dejará de ser el director-presentador (así se autocalifican las más importantes estrellas de nuestra televisión) del espacio informativo de la tarde que emite a diario la cadena CBS. Walter Cronkite se va el 6 de marzo, después de haber trabajado en aquel programa desde 1962 y después de que Jimmy Carter le condecorase.

La naturaleza no ha dado facilidades para que Soler Serrano y otros directores-presentadores emulasen a Walter Cronkite en la calidad del producto que llega al público. Pero no hay obstáculo alguno que impida a Joaquín Soler Serrano, por ejemplo, imitar a Cronkite y aliviar las pantallas de Televisión Española de tanto rostro mediocre. Hay alguna razón, por el contrario, que ayudaría a este personaje a adoptar tan valiente decisión: Joaquín Soler Serrano no será ya, en el futuro, el hombre más caro de la televisión, con un sueldo fabuloso, más de media docena de millones de pesetas al año. Joaquín Soler Serrano, sin embargo, no parece tener ninguna intención de imitar a Cronkite. El pasado lunes día 19, el director-presentador de A fondo abrió la emisión que conmemoraba el quinto aniversario de su programa con un elogio desmedido a su nuevo jefe, Miguel Angel Toledano, recientemente nombrado director de Televisión Española, en cuanto promotor y padrino, cinco años antes, de aquel programa criticable tan sólo en sus aspectos superficiales, es decir, en la medida en que Soler Serrano sea la superficie del programa.

El director-presentador, quien, además, es todo un modelo de pluriempleado interno, nos sorprende hoy, in fraganti, y con la urgencia de siempre, con una entrevista (género de su especialidad) al presidente de Colombia. No se emite por tanto el primer episodio de Tauromaquia, serie aplazada ya por tercera vez, y el transoceánico locutor nos priva de contemplar el excelente parto de una vaca salvaje, imágenes con las que Jaime Villate, director de gran parte de Tauromaquia, inaugura aquella serie. Esta actitud de los responsables de Sin fronteras (antes en directo y por satélite) tiene mucho que ver con las interferencias parasitarias de las emisiones y recepciones de programas a tenor de la segunda acepción que la Real Academia da a la palabra parásito: «Dícese de los ruidos que perturban las transmisiones radioeléctricas».

La querencia de Soler Serrano por los políticos y otros personajes de Latinoamérica no está suficientemente aprovechada por los directivos de Televisión Española. Soler Serrano estaría mucho más en su papel como presentador de 300 millones, hasta que desaparezca también este programa, con Amestoy, José Domingo Castaño, Gustavo Pérez Puig, Guadalupe y otros, hermanando el idioma y el folklore con los guisos y con números de zarzuela.

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