Garaikoetxea pide en Guernica un esfuerzo al empresariado

El presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea, pidió el domingo a los empresarios de Euskadi que «no pierdan la cara en los momentos duros, amargos, de la crisis y el desánimo». «Este es hoy», les dijo, «su gran impuesto, el único que tienen que pagar, además de los que en adelante tributarán a la comunidad autónoma». Garaikoetxea hablaba así en el acto organizado por los alcaldes de San Sebastián, Bilbao y Vitoria para ratificar el proyecto de conciertos económicos. Asistieron los cargos del PNV en las instituciones vascas y una representación de UCD.El acto, que constituyó un hom...

El presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea, pidió el domingo a los empresarios de Euskadi que «no pierdan la cara en los momentos duros, amargos, de la crisis y el desánimo». «Este es hoy», les dijo, «su gran impuesto, el único que tienen que pagar, además de los que en adelante tributarán a la comunidad autónoma». Garaikoetxea hablaba así en el acto organizado por los alcaldes de San Sebastián, Bilbao y Vitoria para ratificar el proyecto de conciertos económicos. Asistieron los cargos del PNV en las instituciones vascas y una representación de UCD.El acto, que constituyó un homenaje a los negociadores vascos, como ocurriera ya en ocasiones similares en los años 1907 y 1925, se cerró con un discurso político del presidente del Gobierno, quien afirmó que el conseguido «es un buen concierto; el mejor concierto que podemos tener en 1981».

Carlos Garalkoetxea rindió homenaje al pueblo vasco, «que nos hizo sus representantes, juzgó con buen sentido que las vías políticas del diálogo y la negociación deben ser agotadas, porque cuando están al servicio de una causa legítima tienen el respaldo firme de la mayoría de un pueblo, pueden y deben rendir frutos, y especialmente en un momento tan delicado como el que vive hoy Euskadi, pueden evitar la ruina del país y establecer, por el contrario, los cimientos indispensables para su reconstruccíón».

Se refirió luego Carlos Garalkoetxea a las «consecuencias saludables» que, en su opinión, iban a producir los conciertos económicos, y, entre ellas, destacó la posibilidad de que a partir de ahora quede bien claro cuánto recauda el País Vasco, cómo administra sus recursos, qué efectos se derivan de tal sistema de administración y cuánto aporta a las cargas generales del Estado y a los fondos de solidaridad interregional.

Tras afirmar que los conciertos económicos son algo importantísimo para Euskadi, Garalkoetxea precisó que, sin embargo, no serán la «panacea universal» con la que se curarán todos los males del País Vasco. « Lo fundamental para sal;.r adelante hoy», añadió, «es que este pueblo adopte la firme decisión de sacar al país adelante. Que se posicione rotundamente contra todo lo que obstaculice la recuperación económica y el progreso de esta sociedad».

Al hacer referencia al dato según el cual el País Vasco ha pasado en pocos años de estar a la cabeza de la renta a figurar por debajo de la media provincial del Estado, el lendakari señaló que esta situación «responde a problemas específicos de nuestra sociedad, y entre éstos, a uno fundamental: el deterioro de la convivencia, la violencia, el chantaje, la intolerancia y el desánimo consiguiente que asalta al ciudadano vasco».

Garalkoetxea pidió a los cludadanos que trabajen en firme para exigir la paz y sacar adelante al País Vasco con su esfuerzo, y acto seguido se dirigió a los empresarios «para que no pierdan la cara en los momentos duros, amargos, de la crisis y el desánimo». «Este es hoy», dijo, «su gran impuesto, el único que tienen que pagar, además de los que en adelante tributarán a la comunidad autónoma».

Al manifestar el dolor que le producía la ausencia de Navarra de las instituciones autónomas vascas en una fecha como la del domingo, Carlos Garalkoetxea afirmó su convencimiento de que en el futuro «los hombres y mujeres de Euskalherria acabarán entendiendo la conveniencia de una orgagización política conjunta, las ventajas racionales de un proyecto común y, sobre todo, porque nada ni nadie podrá impedir a la larga ese proc,reso evidente, casi espectacular, en las nuevas generaciones, de la conciencia de pertenecer a un mismo pueblo».