Nostalgia y fascismo

Durante el tiempo que duró el tiempo del señor Franco, «que estás en los cielos», todo el tiempo de todos los días no era de todos los españoles. Ahora, durante el tiempo que dura la democracia, todo el tiempo de todos los días trata de ser de todos los españoles, salvo un domingo del mes de noviembre, en Madrid, que es sólo de aquellos cuyo tiempo del señor Franco, «que estás en los cielos», les pertenecía.Quiero decir: todos los que habitualmente sobrevivimos por necesidad en Madrid, unos pensando en los cielos, otros en los infiernos, unos con ideas y algunos con melenas, sabemos que ha...

Durante el tiempo que duró el tiempo del señor Franco, «que estás en los cielos», todo el tiempo de todos los días no era de todos los españoles. Ahora, durante el tiempo que dura la democracia, todo el tiempo de todos los días trata de ser de todos los españoles, salvo un domingo del mes de noviembre, en Madrid, que es sólo de aquellos cuyo tiempo del señor Franco, «que estás en los cielos», les pertenecía.Quiero decir: todos los que habitualmente sobrevivimos por necesidad en Madrid, unos pensando en los cielos, otros en los infiernos, unos con ideas y algunos con melenas, sabemos que hay un domingo del mes de noviembre en Madrid que no se puede ni siquiera intentar sobrevivir con ideas, con melenas o con un trozo de la prensa escrita, este diario, sin ir más lejos.

Este domingo sabemos que no nos pertenece. Este domingo sabemos que hay que estar cabizbajos, que hay que estar jorobados y nocturnos. Este domingo sabemos que tú puedes morir: por querer tener ideas, por querer tener melenas o por querer tener el futuro en tus manos. O, simplemente, por querer.

A pesar de todo, no es tan malo tener un día al año dedicado a la muerte. Aunque sean cerca de 300.000 las personas que a ella invocan./ .