Vidal Beneyto: "Con los años setenta llegó el imperialismo de la intimidad"

«La primacía de lo colectivo que presidió las dos décadas posteriores a la segunda guerra mundial da paso a partir de los años setenta al imperialismo de la intimidad declaró José Vidal Beneyto, profesor de las universidades de la Sorbona y de Madrid, que ha pronunciado una conferencia en las VI Jornadas de Arte Contemporáneo y Medios de Comunicación, organizadas por la Caja de Ahorros de San Fernando y la Diputación de Sevilla y que se titulan Contra el arte y la comunicación.

Durante su intervención, Vidal Beneyto analizó los últimos planteamientos de la ideología dominante lanzados a...

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«La primacía de lo colectivo que presidió las dos décadas posteriores a la segunda guerra mundial da paso a partir de los años setenta al imperialismo de la intimidad declaró José Vidal Beneyto, profesor de las universidades de la Sorbona y de Madrid, que ha pronunciado una conferencia en las VI Jornadas de Arte Contemporáneo y Medios de Comunicación, organizadas por la Caja de Ahorros de San Fernando y la Diputación de Sevilla y que se titulan Contra el arte y la comunicación.

Durante su intervención, Vidal Beneyto analizó los últimos planteamientos de la ideología dominante lanzados a través de dos películas de éxito: La fiebre del sábado noche y Manhattan. El mensaje de la primera es que el éxito de un hijo de inmigrantes en paro vendrá no de una lucha colectiva, sino de la manipulación de su cuerpo entendido como expresión del yo. En cuanto a Manhatan, su protagonista es el prototipo del ombliguismo, al que sólo preocupan las exquisiteces de su propia intimidad, sin ninguna referencia a lo colectivo.Para el conferenciante, estamos asistiendo al fin de lo social, a la disolución de la dimensión colectiva de las personas bajo la coartada de la necesaria emergencia del yo frente a la asfixia de lo estatal y lo burocrático. Los grandes protagonistas de este montaje ideológico serían las multinacionales, que manejan la economía mundial, y los psicoanalistas, expertos en intimidades, con la colaboración más o menos voluntaria de las corrientes ácratas, que olvidan la dimensión social del hombre.

Por su parte, el editor Juan Salvat hizo un gran elogio del fascículo en su intervención en las VI Jornadas de Arte Contemporáneo y, Medios de Comunicación. «No comparto la idea de que los fascículos sean ana forma de subcultura, sino libros perfectamente estructurados, a los que se divide en partes para facilitar su venta», dijo el conferenciante, recordando que la Enciclopedia francesa se publicó inicialmente en fascículos.

Salvat indicó que el fascículo es un producto del esfuerzo desplegado por algunos editores para superar el escaso índice de lectura de libros tradicionales y adaptarse a la actual cultura de la imagen, así como un instrumento para acercar a los ciudadanos a las librerías. Criticó cierto puritanismo que lleva a algunos intelectuales a despreciar el fascículo, afirmando que «en realidad lo que hay es el temor a que la cultura salga del monopolio de unos pocos».

Según datos ofrecidos por el editor, más de la mitad de los españoles que empiezan a comprar una determinada colección de fascículos la abandonan entre los capítulos quinto y séptimo.

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