Cartas al director

Sobre la "Ley Fortuna"

He leído con enorme interés la entrevista de su corresponsal en Roma con Loris Fortuna sobre la polémica en torno al aborto italiano. Dentro del propio esquema mental del entrevistado, sus palabras tienen cohesión. Sólo una cosa ha provocado en mí sospechas de inautenticidad. Fortuna se rasga las vestiduras al contemplar el ataque del Papa a la ley del aborto, precisamente un Papa «que está recorriendo el mundo predicando el respeto a los derechos civiles y humanos del hombre». ¿Cómo va a entender, me pregunto, el promotor de la ley del aborto que su propósito no constituye un derecho humano? ...

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He leído con enorme interés la entrevista de su corresponsal en Roma con Loris Fortuna sobre la polémica en torno al aborto italiano. Dentro del propio esquema mental del entrevistado, sus palabras tienen cohesión. Sólo una cosa ha provocado en mí sospechas de inautenticidad. Fortuna se rasga las vestiduras al contemplar el ataque del Papa a la ley del aborto, precisamente un Papa «que está recorriendo el mundo predicando el respeto a los derechos civiles y humanos del hombre». ¿Cómo va a entender, me pregunto, el promotor de la ley del aborto que su propósito no constituye un derecho humano? El papa predica los derechos humanos; pero, lógicamente, en esto que es mi ley, desbarra: una lógica demasiado personalista la de Fortuna. Quizá baste con aclarar que el derecho a la vida es la premisa de todo derecho del hombre. Probablemente con sólo eso desaparece el sofisma sibilino de plantear en esta cuestión el «dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios», dado que el aborto no es sólo cuestión de creencias. .

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