Cartas al director

¿Quién quema los montes?

A las numerosas plagas que desde hace tiempo asolan nuestro país se sumó, ya hace tiempo, el incendio de montes y pinares. Este nuevo terrorismo, económico o político, da igual, no parece gozar de tantas resonancias periodísticas como el de las bombas, pero, a la larga, se está mostrando tan destructivo como cualquier otro. Se especula sobre los intereses encontrados de ganaderos e Icona, sobre la codicia de propietarios de terrenos urbanizables o industriales de la madera, pero no se sabe por qué se dejan en la sombra sus muy probables conexiones con el terrorismo.Como habitual frecuentador d...

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A las numerosas plagas que desde hace tiempo asolan nuestro país se sumó, ya hace tiempo, el incendio de montes y pinares. Este nuevo terrorismo, económico o político, da igual, no parece gozar de tantas resonancias periodísticas como el de las bombas, pero, a la larga, se está mostrando tan destructivo como cualquier otro. Se especula sobre los intereses encontrados de ganaderos e Icona, sobre la codicia de propietarios de terrenos urbanizables o industriales de la madera, pero no se sabe por qué se dejan en la sombra sus muy probables conexiones con el terrorismo.Como habitual frecuentador de esa hermosa zona que se extiende desde Pelayos de la Presa hasta Candeleda, he podido constatar la sana con la que los incendiarios persiguen los pinares de todo este valle del Tiétar. En julio y agosto no descansan las brigadas del leona, y los hidros de extinción pasan continuamente por encima de mi casa en dirección: al pantano del Rosarito. Ultimamente -este año y el pasado- se han detectado nuevas fórmulas de incendio. Ahora se hacen desde automóviles. Los últimos siniestros -Piedralaves, Pelayos de la Presa, Arenas de San Pedro- han comenzado a ambos lados de la carretera. En estos días, personal auxiliar del Icona comenta que en Arenas de San Pedro se han detenido cinco incendiarios; dos de ellos, provistos de coches. Se habla de un R-8 plateado y de que han recibido 50.000 duros por quemar los pinares; que uno de ellos utilizaba una pistola de lanzar bengalas y que en un mismo día provocaron ocho incendios. El año pasado, más o menos, lo mismo en Candeleda. En todo esto puede haber cierta fantasía, pero el caso es lo suficientemente grave como para que se inicie una seria investigación, y se informe al público de lo que pasa./

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