Discreto apoyo de Washington al Gobierno salvadoreño

La política de Washington respecto a El Salvador se basa actualmente en un apoyo discreto a la actual Junta en el poder, en pro de una estabilización de un régimen que considera democrático. Forma parte de la estrategia general del Departamento de Estado para el conjunto de países centroamericanos, y del área del Caribe, donde los regímenes políticos, en su mayoría dictaduras militares, atraviesan el riesgo de desembocar en movimientos revolucionarios y desestabilizar la situación en esta zona próxima de Estados Unidos.

La experiencia en Nicaragua, donde la Administración del presidente...

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La política de Washington respecto a El Salvador se basa actualmente en un apoyo discreto a la actual Junta en el poder, en pro de una estabilización de un régimen que considera democrático. Forma parte de la estrategia general del Departamento de Estado para el conjunto de países centroamericanos, y del área del Caribe, donde los regímenes políticos, en su mayoría dictaduras militares, atraviesan el riesgo de desembocar en movimientos revolucionarios y desestabilizar la situación en esta zona próxima de Estados Unidos.

La experiencia en Nicaragua, donde la Administración del presidente Jimmy Carter apoyó, mediado el proceso, a los sandinistas que derrocaron la dictadura de Anastasio Somoza, es objeto, sin embargo, de polémicas en los medios políticos y diplomáticos norteamericanos.Los republicanos, desde la oposición y a la espera de recuperar la Casa Blanca tras la elección presidencial del 4 de noviembre, que podría concluir con la elección de Ronald Reagan, critican con firmeza las posiciones «moderadas» de la Administración. Carter, a favor de cambios políticos en las dictaduras latinoamericanas. Destacan el ejemplo de Nicaragua, donde Carter «apoyó» a los marxistas que hoy se «vuelven contra Estados Unidos».

En relación con El Salvador, Washington ha facilitado hasta el momento ayudas de urgencia en alimentos, créditos para el desarrollo agrícola, suministro de material militar y ha enviado instructores militares.

Dirigentes del Frente Democrático Revolucionario (FDR) de El Salvador, criticaron ayer en Washington la «interferencia» norteamericana en El Salvador, con el apoyo económico y militar a la actual Junta que gobierna en el país. Enrique Alvarez Córdoba, presidente del FDR, dirige la delegación que actualmente realiza una gira por Estados Unidos, con ánimo de sensibilizar los medios políticos (el Congreso en especial), sindicales y periodísticos, de la realidad actual de El Salvador, «donde la actividad de la Junta, controlada por los militares, suma ya un balance de 3.325 asesinatos en lo que va de año», dijo Alvarez.

«El Gobierno actual no tiene soporte popular», afirmó Guillermo Manuel Ungo, dirigente político salvadoreño, que, añadió «pasa por un cambio político, con la formación de un Gobierno democrático, al servicio del pueblo y capaz de acabar con las oligarquías que controlan el país».

El Frente Democrático Revolucionario había convocado para los días 23, 24 y 25 de este mes tres días de paro general en El Salvador, en el que exigía el respeto a los derechos humanos, la liberación de dirigentes y militantes de organizaciones políticas, el levantamiento del estado de sitio y la desmilitarización de los centros de trabajo. No obstante, el paro fue desconvocado.

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Los miembros de la delegación del FDR declararon contar con el apoyo de varios países centroamericanos, México en particular Negaron que existiera ayuda militar a la guerrilla salvadoreña, por parte de Cuba o Nicaragua. Por el contrario, denunciaron la complicidad de los Ejércitos de Honduras y Guatemala en ejercicios de represión de los militares de El Salvador contra la población.

Dijeron también contar con el apoyo de la Internacional Socialista y del líder del PSOE, Felipe González.

En relación con la actitud del Gobierno español, Enrique Alvarez precisó que se había entrevistado recientemente con. miembros del Ministerio español de Asuntos Exteriores, y que esperaba «un cambio de actitud, a medida que evolucionen las cosas en El Salvador.»

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