El problema palestino protagoniza las sesiones de la Conferencia sobre la Mujer

Las delegaciones de casi todos los países árabes y de varias otras naciones abandonaron ayer la Conferencia Mundial sobre la Mujer cuando Jiban Sadat, esposa del presidente egipcio y cabeza de la delegación de este país en las jornadas, inició su intervención en la tribuna de oradores del Bella Center, de Copenhague. Con palmas al ritmo de «Palestina, Palestina», las representaciones de la OLP y de la mayoría de los países árabes a las que se unieron otros Estados como Albania y otros países del Este, Turquia, Cuba, Angola y Uganda, salieron de la sala y organizaron una pequeña manifestación e...

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Las delegaciones de casi todos los países árabes y de varias otras naciones abandonaron ayer la Conferencia Mundial sobre la Mujer cuando Jiban Sadat, esposa del presidente egipcio y cabeza de la delegación de este país en las jornadas, inició su intervención en la tribuna de oradores del Bella Center, de Copenhague. Con palmas al ritmo de «Palestina, Palestina», las representaciones de la OLP y de la mayoría de los países árabes a las que se unieron otros Estados como Albania y otros países del Este, Turquia, Cuba, Angola y Uganda, salieron de la sala y organizaron una pequeña manifestación en el exterior, mientras gritaban Arabiya, Palestinia y los equipos de seguridad han bloqueado momentáneamente el acceso al salón de sesiones.

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En su intervención ante la conferencia, organizada por las Naciones Unidas en el decenio para la mujer, la esposa de Sadat denunció las consecuencias de la ocupación israelí sobre las mujeres palestinas, cuya «dignidad y futuro, tanto individual como familiarmente, han quedado profundamente afectados» y pidió que la conferencia adopte una resolución que exija la retirada israelí de las tierras árabes ocupadas en la guerra de 1967 y una recomendación para que se conceda una mayor ayuda internacional a las mujeres palestinas.Jihan Sadat alabó la política de su país, Egipto, en defensa de los palestinos y explicó que sus propuestas a la conferencia deben cubrir el espacio de tiempo «hasta que los esfuerzos realizados por Egipto en un espíritu de valentía y honestidad den sus frutos en la autodeterminación palestina».

Tras el discurso de Jihan Sadat, las delegaciones que habían abandonado la sala volvieron a ella. La delegada iraquí protagonizó un ligero incidente cuando protestó, desde su asiento, porque no se había distribuido un documento sobre el problema palestino. El secretariado de la ONU presentó excusas por esta «laguna» y la delegada iraquí dio por zanjada la cuestión.

La presencia de la guerrillera palestina Leila Jaled al frente de la delegación de la OLP siguió despertando polémica. Las autoridades israelíes, según el periódico danés Berlingske Tidende, pretenderían la extradición de Laila Jaled, autora de dos secuestros de aviones en 1969 y 1970. El ministro de Justicia de Dinamarca declaró que, hasta el momento, las autoridades danesas no han recibido ninguna petición israelí en este sentido. Por su parte, la Embajada de Israel en Copenhague declaró a la agencia Europa Press que no quería confirmar ni desmentir la información del periódico citado.

La derecha danesa continuó ayer criticando que Dinamarca haya permitido la entrada a la guerrillera palestina, y el periódico conservador Jillands Posten la calificó de «mensajera de la muerte».

Junto a las propuestas planteadas por la esposa del presidente egipcio, Sadat, de que la conferencia resuelva solicitar la retirada israelí de los territorios árabes ocupados, las representantes de Cuba entregaron un proyecto en el que se dice que la paz sólo se conseguirá «mediante la liberación nacional y la independencia de todos los pueblos, la eliminación del colonialismo, del neocolonialismo, del sionismo y de la segregación racial ».

El presidente norteamericano, Jimmy Carter, y las autoridades de la República Popular China enviaron mensajes a la conferencia. El de Carter subrayaba que la igualdad es una cosa fundamental en los derechos del hombre y la dignidad humana y deseaba que las reuniones llegaran a un buen resultado. China expresaba la esperanza de que esta conferencia contribuya a llamar la atención de los Gobiernos sobre los problemas de las mujeres y a movilizar a éstas en favor del progreso y de la paz del mundo.

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