Los arquitectos se pronuncian a favor del plan especial para proteger la fisonomía de Madrid

Los arquitectos madrileños se pronunciaron mayoritariamente a favor de la nueva formulación dada por el ayuntamiento al Plan Especial de Protección de los edificios madrileños, según se desprende de la mesa redonda celebrada anteayer en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) y a la que asistieron los principales responsables del citado plan.

El futuro desarrollo del Plan Especial de Protección de Madrid y su financiación económica fueron los dos puntos dominantes del debate que, el martes pasado, se celebró en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), al que asisti...

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Los arquitectos madrileños se pronunciaron mayoritariamente a favor de la nueva formulación dada por el ayuntamiento al Plan Especial de Protección de los edificios madrileños, según se desprende de la mesa redonda celebrada anteayer en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) y a la que asistieron los principales responsables del citado plan.

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El futuro desarrollo del Plan Especial de Protección de Madrid y su financiación económica fueron los dos puntos dominantes del debate que, el martes pasado, se celebró en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), al que asistieron los jefes de equipo de los PAI (Programas de Actuación Inmediata) de Centro, Arganzuela y Ensanche. Bernardo Yncenga, Eduardo Leira y José Martínez Sarandeses; el concejal responsable de Urbanismo del ayuntamiento, Eduardo Mangada, y el jefe de la sección de planeamiento de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Enrique Bardají.La primera parte de la sesión, moderada por José Luis Rodríguez Avial, miembro de la junta de gobierno del colegio, estuvo dedicada a que los miembros de la mesa explicaran a los asistentes -arquitectos y urbanistas, mayoritariamente- los puntos más destacados del Plan Especial.

Así, mientras Eduardo Mangada explicaba las generalidades del plan, Enrique Bardají ahondaba en la normativa por la que ha de regirse el mismo y en los grados de protección que han de recibir los diferentes edificios incluidos en él; Eduardo Leira explicaba la tramitación del plan; José Martínez Sarandeses daba cuenta de las medidas complementarias, tales como nuevas ordenanzas, que han de favorecer su desarrollo, y Bernardo Yncenga entrabi en el estudio socioeconómico de las medidas de protección previstas.

Pero lo que esperaba todo el mundo era, realmente, el debate que debía producirse con posterioridad a la intervención de los ponentes de la mesa redonda. Sin embargo, la agresividad que, en un principio, podría ser previsible entre los asistentes no llegó a producirse y la tónica general fue favorable y positiva hacia el plan ahora presentado y la protección prevista en el mismo.

Dos fueron, con todo, las preocupaciones mostradas por los asistentes con respecto al plan por un lado, la regulación de los distintos casos con que se va a encontrar el plan, y, por otro, los recursos económicos con que hacer frente a los desembolsos que supone toda conservación.

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La relación existente o futura entre el Plan Especial de Conservacíón y la revisión del Plan General de Ordenación fue una de las preguntas que más directamente hubo de recoger el concejal de Urbanismo, Eduardo Mangada. Según éste, «para el ayuntamiento es de absoluta urgencia la revisión del Plan General, y lo estamos planteando y estudiando constantemente. Sín esa modificación, además, las acciones del Plan Especial habrán de ser necesariamente limitadas».

Un abogado asistente al debate reclamó explicación a una serie de cuestiones jurídicas que se plantean en el Plan Especial y otro de los presentes, actuando como abogado del diablo, cuestionó si no sería preferible una política de sustitución de edificios dentro de la ciudad más que la filosofía de protección planteada en el plan. La contestación dada se basó en que lo que está vivo dentro de la ciudad son sus habitantes, y no la urbe en sí, cosa que defendía el interviniente. «La ciudad, en todo caso, ha de llegar a ser lo que quieran sus habitantes, que son los que realmente están vivos y le han de dar vida a aquélla».

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