BARCELONA

Veintiún golpes de descabello

Media estocada y «veintiún» golpes de descabello necesitó Aguilar Granada para acabar con su primero, después de una faena que, paradójicamente, fue breve, y naturalmente escuchó un aviso. Quiso desquitarse en el cuarto, que era noblete, e hizo una faena de buen estilo, por la que dio la vuelta al ruedo.Rafael de Palma tampoco regateó esfuerzos, pero en general no pudo con ninguno de sus enemigos, y el quinto le volteó, afortunadamente sin consecuencias. Mató con feo estilo y tuvo silencio en su lote.

Manolo Martín no se acopló con el tercero, que se quedaba corto, pese a lo cual dio la...

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Media estocada y «veintiún» golpes de descabello necesitó Aguilar Granada para acabar con su primero, después de una faena que, paradójicamente, fue breve, y naturalmente escuchó un aviso. Quiso desquitarse en el cuarto, que era noblete, e hizo una faena de buen estilo, por la que dio la vuelta al ruedo.Rafael de Palma tampoco regateó esfuerzos, pero en general no pudo con ninguno de sus enemigos, y el quinto le volteó, afortunadamente sin consecuencias. Mató con feo estilo y tuvo silencio en su lote.

Manolo Martín no se acopló con el tercero, que se quedaba corto, pese a lo cual dio la vuelta al ruedo. Al último le sacó algún natural aceptable, pero, en conjunto, no se le vio decidido y la. carencia de temple deslució la mayor parte de los muletazos.

Los novillos lidiados el domingo en Barcelona eran cinco de Soto de la Fuente, y el tercero, de Garde, todos bien presentados.

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