Tribuna:

La situación actual del Consejo Superior de Investigaciones Científicas

La Asociación de Personal Investigador del CSIC ha analizado la difícil y compleja situación actual de este organismo, procediendo a la elaboración de este informe.Conscientes de las dificultades para llevar a cabo un estudio detaílado, se ha limitado el análisis al señalamiento de los puntos más característicos y de los hechos determinantes de la actual situación del CSIC. Necesariamente, la situación del CSIC ha sido contemplada en este informe en el marco general de la situación de la investigación científica y técnica a nivel de Estado, señalando también aquellos puntos esenciales que pued...

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La Asociación de Personal Investigador del CSIC ha analizado la difícil y compleja situación actual de este organismo, procediendo a la elaboración de este informe.Conscientes de las dificultades para llevar a cabo un estudio detaílado, se ha limitado el análisis al señalamiento de los puntos más característicos y de los hechos determinantes de la actual situación del CSIC. Necesariamente, la situación del CSIC ha sido contemplada en este informe en el marco general de la situación de la investigación científica y técnica a nivel de Estado, señalando también aquellos puntos esenciales que pueden ser resaltados en relación con este organismo.

La comparación de este análisis con el contenido de otros documentos anteriores permite estudiar la evolución de la situación de la investigación a niveles de Estado y de CSIC y deducir importantes conclusiones.

Antecedentes

Para hacer un análisis comparativo de la situación de la investigación científico-técnica en España y. en particular, en el CSIC es obligado referirse al documento Informe sobre el CSIC. Propuestas para el desarrollo de la investigación en una España democrática (ref. l), de diciembre de 1977, que fue redactado por un colectivo de investigadores representantes o miembros de partidos políticos, centrales, sindicales e independientes, en el cual participó también esta asociación.

Este documento constituye una importante referencia moderna sobre la investigación en España, acaso la única elaborada por los mismos investigadores, que sigue siendo de máxima actualidad, habiendo sido utilizado por la Comisión Científica del CSIC. No se conoce la existencia de documentos públicos análogos, relativos a la investigación propia, que hayan sido elaborados en las universidades o en otros organismos relacionados con la investigación dependiente del Estado. La comunidad científica del CSIC. demostró entonces su capacidad de autocrítica y su deseo de encontrar soluciones generales para la investigación en el país y soluciones específicas para este organismo, pudiendo destacarse en este sentido los dos tipos de medidas que fueron propuestas en dicho documento: a nivel de Estado y a nivel del CSIC.

En junio de 1979-año y medio después-, esta asociación elaboró un documento en el que se trataba también de identificar aquellos puntos esenciales considerados determi.nantes de la situación referida a dicha fecha. Tal análisis fue presentado en agosto del mismo año, n el escrito de petición elevado por esta asociación al Senado (ref. 2), habiéndose indicado expre- menos (refs. 1 y 2) podía concluirse la comparación de ambos documentos, refs. 1 y 2, podía concluirse que la situación era análoga a nivel de Estado y prácticamente la misma a nivel de CSIC, reconociendo, sin embargo, que la reestructuración de este organismo estaba haciendo posible un cambio teóricamente importante».

En orden a describir nuevameiite esta situación, puede considerarse caracterizada:

- Por la ausencia de planteamientos de política científica y tecnológica, tanto a niveles de Estado de comunidades autonómicas y preautonómicas como a nivel de las instituciones públicas que realizan investigación y desarrollo y, entre ellas, el CSIC.

- Por el hecho de que los problemas generales de la investigación científica y tecnológica del país no hayan sido tratados hasta ahora por las instituciones de Estado y la posibilidad de que el análisis de estos problemas y la toma de decisiones se vea progresivamente retrasada a causa de otros muchos problemas del país, considerados por dichas instituciones como más importantes o prioritarios.

- Por la continuidad del CSIC como organismo estatal de investigación científica y técnica. Esta idea parece deducirse de la práctica política del Gobierno, aunque no haya sido nunca claramente formulada. Se puede considerar que el mantenimiento de la institución parece asegurado a corto plazo, aunque determinadas manifestaciones públicas del ministro amenazan con dejar al organismo en vía muerta.

Había que señalar algunas excepciones al punto b, cuales son: la referente a la ley de Presupuestos del Estado de 1980, a la que fue planteada una enmienda que afectaba a los presupuestos de las universidades y del CSIC destinados a la investigación (ref. 3); las recientes interpelaciones al Gobierno del senador Cercós y del senador Armas y una interpelación aún pendiente en el Congreso del diputado Sanz sobre el plan trienal.

Junto a los puntos antes indicados, se deben considerar otros hechos que pudieran ser determinantes de la situación futura:

1. La posibilidad de una vía parlamentaria de soluciones a los problemas de la investigación, que aparece con la creación en la Cámara alta de una comisión especial sobre la investigación científico-técnica en España. En este punto hay que señalar: el retraso de casi seis meses desde la creación de dicha comisión hasta su puesta en marcha efectiva, así como la esperanza de que dicha comisión llegue a alcanzar el carácter crítico que parece necesario y con cuya intención fue creada (re f. 4).

2. Los compromisos públicos y, los intentos del ministerio de concretar un plan de política científica del Gobierno, que viene llamándose plan trienal, aún no definido, a través de un libro blanco y de un debate posterior. Conviene recordar que el plan trienal lleva, por lo menos, un trienio de retraso y que el libro blanco fue prometido públicamente en agosto de 1979.

3. Las intenciones del Ministerio, no siempre bien definidas o entendidas, de preparar una remodelación del CSIC como condición sine qua non a cualquier solución para este organismo, así como el compromiso de que tal plan, que ahora elaboraría directamente el ministerio, sería presentado para su estudio en el CSIC antes del 31 de marzo pasado. La situación interna de este organismo puede ser caracterizada:

- Por la falta de estructuración y coordinación del CSIC a nivel territorial.

- Por la inexistencia de políticas científica y tecnológica en el CSIC, e incluso de programas de actuación tendentes a definir tales políticas o un plan estratégico para el desarrollo de la actividad científica en el organismo.

- Por el gravísimo problema presupuestario del CSIC, que determina una incidencia cada vez mayor de los gastos de personal y generales en el presupuesto del organismo, impidiendo, por falta de financiación, el desarrollo de iniciativas de trabajo y el norinal funcionamiento de sus institutos.

- Por la crisis interna del organismo, sentida en muchos institutos como consecuencia de la lentitud desesperante del primer proceso de reestructuración, que ha determinado una situación que aún se prolonga de carencia de directrices científicas y un bajo nivel de actividad.

- Por la necesidad de una política de incorporación y de formación de nuevo personal investigador.

- Por la necesidad de una política dinámica de personal en el organismo, con una planificación elaborada que tenga en cuenta las necesidades reales de los centros, dando soluciones a los gravísimos problemas heredados del pasado.

- Por la ausencia de una política de seguimiento y control de la actividad científica en el organismo.

- Por la ausencia de una política de Información pública de la actividad del CSIC en los medios de comunicación y de respuesta a noticias y publicaciones que afectan a la institución y a su comunidad científica. Junto a los hechos anteriores se puede considerar que la situación futura inmediata del CSIC está actualmente condicionada:

1. Por el presupuesto del CSIC para 1980, claramente regresivo, que determina un déficit estimado en 1.500 millones para un funcionamiento normalizado del organismo (ref. 5).

2. Por la crisis abierta entre los órganos unipersonal, ejecutivo y consultivo del CSIC, provocada ante los distintos documentos de propuestas de reorientación o de reordenación del CSIC, que afecta a los planteamientos del ministerio con relación al organismo y también es consecuencia de los mismos.

3. Por la ausencia de debate interno en el CSIC a nivel superior al de los claustros de institutos.

4. Por las dificultades para solucionar los problemas de personal, aunque sea de forma provisional, y la incertidumbre sobre las soluciones a los más perentorios.

5. Por la pérdida de relevancia ante algunos sectores industriales y productivos o por la no implantación entre otros, como consecuencia de la falta de consideracióri adecuada del CSIC y de sus institutos por parte de la Administración y de la empresa pública y privada.

6. Por el excesivo centralismo burocrático administrativo del CSIC y la aplicación de técnicas presupuestarias y administrativas que imposibilitan un funcionamiento autónomo de los institutos y de los equipos de investigación más adecuados en cada caso a su actividad científica y tecnológica.

Conclusiones

Al tratar de analizar y describir nuevamente la situación en mayo de 1980 se haencontrado que los puntos esenciales que la caracterizan son prácticamente los mismos que hace tres o cuatro años (refs. 1 y 2). De ello puede deducirse una grave y penosa conclusión:

. Reconocimiento que el marco de posibilidades de soluciones a la investigación a nivel de Estado ha venido modificándose continuamente, en forma algunas veces esperanzadora y reconociendo también que ha habido, a nivel de CSIC, cambios estructurales importantes, puede afirmarse que nada ha cambiado esencialmente, en cuanto se refiere a los hechos, en la situación general de la investigación científica y tecnológica en España y en particular en el CSIC en un período de referencia de tres o cuatro años. Incluso, contrariamente a lo esperado y deseado, hay que señalar que la situación se ha ido deteriorando lentamente, en casi todos los aspectos, ofreciendo actualmente escasas o nulas expectativas de cambio a corto y largo plazo.

Considerando, además de lo señalado en el apartado 4 anterior, dos hechos previsibles a muy corto plazo en el CSIC, como son la frustración que puede representar para la mayoría de los equipos de investigación que han concurrido a la convocatoria última de la comísión asesora, llegar a encontrarse sin subvención, o con subvenciones reducidas, para la continuación de sus trabajos en 1980, y la próxima renovación reglamentaria de la junta de gobierno, de las comisiones científica y económica y de la junta de los institutos, que aun siendo necesaria debe llevarse a cabo lamentablemente en un momento en que la situación del organismo es poco alentadora, puede llegarse a la conclusión siguiente:

2ª. El año 1980 será posiblemente el más crítico de su historia para el CSIC y para la mayoría de sus institutos, de forma que si, por quien corresponda, no se adoptan medidas extraordinarias y de máxima urgencia que aseguren, como mínimo, el mantenimiento de un nivel satisfactorio de la actividad científica y la posibilidad de contar, a nivel de CSIC, con directrices de política científica, se alcanzará el colapso de este organismo, anulándose así los esfuerzos realizados durante muchos años por su comunidad científica. Resulta necesario hacer también referencia a la primera reestructuración del CSIC que se ha producido en los últimos años. Sin dejar de señalar el profundo desacuerdo con las reflexiones de la presidencia del CSIC sobre la puesta en marcha del nuevo reglamento de este organismo, contenidas en la referencia 6, puede concluirse, de acuerdo con lo indicado en los apartados 3ª y 4º anteriores, lo siguiente:

3ª La reestructuración del CSIC -que en todo caso debiera ser analizada con mayor detenimientoha determinado cambios importantes, que posibilitan sólo una mejora teórica de la actividad científica en el mismo, ya que, al no haber sido precedida y acompañada del señalamiento de directrices científicas, por quien corresponda, y a diferentes niveles, ni de mediáas a nivel de Estado que hubieran asegurado, cuando menos, una financiación adecuada del organismo, se ha mostrado necesariamente ineficaz y regresiva en cuanto a la actividad científica desarrollada.

Tal vez sea exacto, como ha señalado en la referencia 6 la presidencia del CSIC que el reglamento preveía una participación del personal en la junta de gobierno del organismo muy superior a cualquier otra institución investigadora del mundo, pero no es menos exacto que los institutos de investigación del CSIC son actualmente los peor financiados del mundo, y también que difícilmente cabe concebir en la comunidad científica internacional una dirección de un organismo estatal de investigación -como ocurre en el CSIC- sin política científica y tecnológica alguna. Por tanto, cualquier intento, si lo hubiera, de presentar el actual reglamento del CSIC o la reestructuración que ha potenciado, como causa de la actual situación crítica del organismo, sólo puede ser entendida por la comunidad científica del mismo como una maniobra para ocultar a la sociedad los auténticos problemas de la investigación científica y técnica en España y en el CSIC.

1. Informe sobre el CSIC. Propuestas para el desarrollo de la investigación en una España democrática. Diciembre de 1977.

2. Asociación de personal investigador. Escrito de petición al Senado. Agosto de 1979.

3. Congreso de los Diputados. Enmiendas al proyecto de ley de presupuestos generales del Estado para 1980., Enmienda número 341.

4. Senado. Diario de Sesiones. Año 1979. Sesión plenaria número 3 1, páginas 1.275-1.281.

5. Asociación de personal investigador. Informes primero y segundo al Senado. Noviembre de 1979.

6. Carlos Sánchez del Río. Reflexiones sobre la puesta en marcha del nuevo reglamento del CSIC. Boletín Informativo del CSIC. Diciembre de 1979.

Vicente Solana Gómez es presidente de la Asociación de Personal Investigador del CSIC.

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