33º FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE CANNES

Lo épico y lo individual

La proyección de Kagemusha, de Akira Kurosawa, y Lightning over water, de Nicholas Ray y Win Wenders, permite al espectador comprobar, una vez más, la gran flexibilidad del cine como medio artístico, las enormes posibilidades de la cinematografía para transmitir emociones y narrar historias. En pocas ocasiones como en las dos películas citadas existen tantas diferencias apriorísticas. La película de Kurosawa es una de las más importantes superproducciones de los últimos tiempos, además del filme más ambicioso de Japón. El filme de Wenders y Ray se realizó con menos de tres mi...

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La proyección de Kagemusha, de Akira Kurosawa, y Lightning over water, de Nicholas Ray y Win Wenders, permite al espectador comprobar, una vez más, la gran flexibilidad del cine como medio artístico, las enormes posibilidades de la cinematografía para transmitir emociones y narrar historias. En pocas ocasiones como en las dos películas citadas existen tantas diferencias apriorísticas. La película de Kurosawa es una de las más importantes superproducciones de los últimos tiempos, además del filme más ambicioso de Japón. El filme de Wenders y Ray se realizó con menos de tres millones de pesetas de presupuesto inicial. Los dos consiguen introducir al espectador en sus respectivas historias: el milagro está hecho.Kagemusha se basa en una anécdota histórica del Japón del último tercio del siglo XVI, según la cual Shingen Takeda, el más importante señor feudal que reinaba sobre los dominios de Kai, tenía un doble por si a él le ocurría algo en cualquiera de las batallas que libraba contra sus rivales. Uno de sus generales encuentra a un ladrón que se parece extraordinariamente al señor, el cual le acepta como su doble. En el transcurso del asedio al palacio de Noda, en el que se encuentra el caballero Sadamitsu, el jefe del clan Takeda es herido de muerte. Poco después el doble ocupará su puesto por espacio de tres años, como quería Takeda. La película se centra precisamente en la figura del ladrón convertido en señor feudal, en su paulatina identificación con el nuevo rol social que ocupa hasta convertirse espiritualmente en un ser noble y generoso. El final del plazo previsto por Takeda arroja nuevamente a su doble al estrato social más bajo de cuantos existen, lo que no le impedirá comportarse con honor y dignidad al comprobar el desastre absoluto a que es conducido el clan Takeda por Katsuyori, hijo de Shingen Takeda.

Lightning over water, de Nicholas Ray y Win Wenders, es, en primer lugar, un filme desconcertante. Pocas veces el cine ha mostrado la agonía real del protagonista de la película, y suponemos que muchas menos veces el género humano ha mostrado a un individuo como Nicholas Ray, que permite y alienta al equipo que rueda sus últimos días y que asume con una gran fortaleza su propio derrumbe. Las relaciones de Wenders y Ray se remontan al rodaje de El amigo americano, en 1976, en el que el realizador norteamericano desempeña el papel del pintor Derwatt. La amistad que surge entre ambos permitirá la posibilidad de rodar una película juntos, sin guión, sin notas previas, con escasísimos medios. Ray, aquejado de un cáncer de pulmón que se le extiende por todo el cuerpo, llama a Wenders, que acababa de terminar su guión, Hammett, para trabajar los dos en su último proyecto.

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