Carter exige a sus aliados europeos y a Japón que se unan a las sanciones contra el régimen iraní

Siguiendo su estrategia de «ultimatums», Jimmy Carter, presidente norteamericano, solicitó el domingo a los principales países de Europa occidental y a Japón, que se unan a Estados Unidos en la adopción de medidas de castigo contra Irán. En Teherán, una delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se entrevistó ayer por primera vez con todos los rehenes secuestrados en la embajada de EE UU. Con la aceptación de esta visita, las autoridades iraníes han querido, sin modificar su política, hacer un gesto de buena voluntad.

Si no hay una evolución favorable para la liberación ...

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Siguiendo su estrategia de «ultimatums», Jimmy Carter, presidente norteamericano, solicitó el domingo a los principales países de Europa occidental y a Japón, que se unan a Estados Unidos en la adopción de medidas de castigo contra Irán. En Teherán, una delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se entrevistó ayer por primera vez con todos los rehenes secuestrados en la embajada de EE UU. Con la aceptación de esta visita, las autoridades iraníes han querido, sin modificar su política, hacer un gesto de buena voluntad.

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Si no hay una evolución favorable para la liberación de los cincuenta rehenes de la embajada de EE UU en Teherán antes del mes de mayo, Carter pedirá a los países europeos que rompan sus relaciones diplomáticas con el régimen islámico de Teherán. Así lo anunció el presidente a los corresponsales en Washington de las televisiones de Francia, Gran Bretaña, Alemania Federal e Italia.Las medidas que Washington pide que adopten sus aliados se divide en dos capítulos. Primero, que respalden las sanciones económicas contra Irán, votadas a primeros de año por la mayoría de ellos en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU. Segundo, si se prolonga el punto muerto para la liberación de los rehenes más allá del mes de mayo, que los, países europeos y Japón rompan sus relaciones diplomáticas con Irán, a ejemplo de lo realizado por EE UU el pasado 7 de este mes. Esta petición ya ha levantado las primeras voces de protesta en medios occidentales. Gracias al apoyo de los países aliados, la Administración Carter espera «evitar» una escalada de sanciones contra Irán, cuyo próximo paso podría ser la acción militar.

Esta parece descartada, por el momento, probablemente por razones de estrategia general y por las incalculables repercusiones que podrían tener en toda el área del golfo Pérsico y Asia central. Washington esgrime, sin embargo, la eventualidad de un «bloqueo naval» a Irán como futura y nueva acción para obtener la libertad de los diplomáticos estadounidenses detenidos por los estudiantes islámicos iraníes desde el pasado 4 de noviembre.

Si los países europeos continúan reticentes ante las peticiones de Washington, algunos medios de la Administración Carter no excluyen que la Casa Blanca «reduzca» sus compromisos para la defensa de Europa occidental ante el bloqueo de países del Este.

«Nuestra paciencia ha llegado a su límite», precisó Carter, recordando las críticas de que es objeto en el interior de Estados Unidos por su «inacción» frente a la crisis con Irán. La ruptura de relaciones diplomáticas entre Washington y Teherán corre el riesgo de limitarse a una «acción simbólica», como ocurre con el embargo comercial, si no es acompañada de medidas similares por parte de los grande ,países industriales occidentales. Carter lo sabe muy bien. De ahí sus «presiones» simultáneas a veinticuatro países aliados.

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Si Carter no consigue desbloquear la difícil situación con Irán, corre incluso el peligro de perder su reelección como candidato demócrata a la presidencia de EE UU.

Carter debe triunfar de alguna manera en la crisis de los rehenes de Irán, con prioridad sobre los restantes condicionantes de la campaña electoral: crisis económica, boicoteo olímpico a los Juegos de verano en Moscú y difícil progresión para la aplicación de los acuerdos de paz egipcio-israelíes.

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