Libros e impuestos

Soy trabajador y estudiante. He hecho durante el año pasado una notable inversión en libros de estudio relacionados con mi carrera.Tratando de recabar información en la Delegación de Hacienda de Madrid, concerniente a la posible deducción en la declaración sobre el impuesto general sobre la renta. de gastos de libros específicos para estudiantes, se me informa que en el capítulo de deducciones de la citada declaración sólo pueden figurar aquellas inversiones que «producen renta, y que está claro que los libros no suponen inversión alguna».

Sería repetitivo denunciar una vez más el ridíc...

Soy trabajador y estudiante. He hecho durante el año pasado una notable inversión en libros de estudio relacionados con mi carrera.Tratando de recabar información en la Delegación de Hacienda de Madrid, concerniente a la posible deducción en la declaración sobre el impuesto general sobre la renta. de gastos de libros específicos para estudiantes, se me informa que en el capítulo de deducciones de la citada declaración sólo pueden figurar aquellas inversiones que «producen renta, y que está claro que los libros no suponen inversión alguna».

Sería repetitivo denunciar una vez más el ridículo presupuesto en España destinado a investigación. Cifras cantan. Lo grave de esta vergonzosa situación es que además arrastra la conciencia popular a calificar el estudio y la investigación como un hobby más, eso sí, para desocupados utópicos.

Admito que haya quien propugne la economía de libre mercado y el sistema capitalista, incluso que las defiendan. Pero, señores legisladores, ¡un mínimo de proyectiva! El estudiante, el investigador, el «currante», son mucho más rentables para el capitalismo -también para el capitalismo- que el propio -y para el propio- capital.

¡Claro, que estamos hablando de cultura!