Campaña al Parlamento catalán

La campaña de Fomento puede volverse contra la patronal

La beligerante política de Fomento del Trabajo Nacional con relación a las elecciones catalanas puede transformarse en un boomerang que obre en contra de los propios dirigentes de la principal entidad empresarial catalana y en beneficio de los criterios manifiestamente diferentes sostenidos desde las Cámaras de Comercio catalanas, encabezadas por la de Barcelona, según informaron a este diario diversas fuentes empresariales.Desde por lo menos tres meses antes de las elecciones, los responsables de Fomento decidieron ser beligerantes en las elecciones autonómicas. La operación trascendió...

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La beligerante política de Fomento del Trabajo Nacional con relación a las elecciones catalanas puede transformarse en un boomerang que obre en contra de los propios dirigentes de la principal entidad empresarial catalana y en beneficio de los criterios manifiestamente diferentes sostenidos desde las Cámaras de Comercio catalanas, encabezadas por la de Barcelona, según informaron a este diario diversas fuentes empresariales.Desde por lo menos tres meses antes de las elecciones, los responsables de Fomento decidieron ser beligerantes en las elecciones autonómicas. La operación trascendió públicamente a través de un artículo publicado en este diario, el pasado 11 de enero. Mediante prorrateo entre los diversos sectores industriales y financieros, Fomento consiguió por lo menos unos cuatrocientos millones de pesetas, que está gastando en propaganda antimarxista y en ayudas a partidos de idéntico signo.

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La operación electoral de Fomento es ejecutada por el propio presidente de la entidad, Alfredo Molinas. Pero todas las fuentes han señalado a Carlos Ferrer Salat como el auténtico padre de la operación.

Ciclo de conferencias

Desde la Cámara de Comercio de Barcelona -y, por extensión, desde el Consejo de Cámaras Catalanas- se sostiene un criterio radicalmente diferente, propiciado por el presidente de la cámara barcelonesa, José María Figueras. La mayor expresión públicade esta diferencia ha consistido en la organización, en la sede de la Cámara de Barcelona, de un ciclo de conferencias de presentación de las opciones de política económica de todos los partidos parlamentarios catalanes, desde UCD hasta los comunistas.

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Refiriéndose a la organización de este ciclo y a la actitud de las cámaras catalanas, José María Figueras manifestó a este diario: «Nosotros no podemos ni queremos decir quién ha de gobernar ni quién no ha de gobernar en Cataluña; lo máximo que podemos hacer es expresar nuestro criterio sobre cómo se ha de gobernar Cataluña, y eso ya lo hemos hecho. »

El tono de los dirigentes de Fomento es muy otro. Anteanoche tuvo efecto en un hotel de Castelldefels una reunión de unos trescientos empresarios agrupados en Fomento. Presidió Alfredo Molinas, quien, entre otras cosas, dijo: «Los empresarios catalanes no pediremos el certificado de haber votado a nuestros trabajadores. Así les dejaremos actuar más libremente.» A lo que agregó también: «Cada empresario debe cosechar cinco votos. Esta es nuestra meta. Votos para los partidos que defiendan al empresario y a la libertad.»

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