Giscard pedirá hoy en Jordania el reconocimiento de la OLP como único representante de los palestinos

El presidente francés, Valéry Giscard d'Estaing, pronunciará hoy un discurso, en Amman, en el que pedirá el reconocimiento de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como único representante del pueblo palestino, e invitará a Yasser Arafat a visitar París. Este rasgo propalestino (que fue anunciado ayer por el diario kuwaití Al-Siyassah y el rotativo israelí Haaretz), ha sido correspondido por un ofrecimiento de los Emiratos Arabes Unidos, que han prometido a Francia «todo el petróleo que necesite».Anteayer, al terminar su visita a los cuatro países del golfo (Kuwai...

El presidente francés, Valéry Giscard d'Estaing, pronunciará hoy un discurso, en Amman, en el que pedirá el reconocimiento de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como único representante del pueblo palestino, e invitará a Yasser Arafat a visitar París. Este rasgo propalestino (que fue anunciado ayer por el diario kuwaití Al-Siyassah y el rotativo israelí Haaretz), ha sido correspondido por un ofrecimiento de los Emiratos Arabes Unidos, que han prometido a Francia «todo el petróleo que necesite».Anteayer, al terminar su visita a los cuatro países del golfo (Kuwait, Bahrein, Qatar y Emiratos Arabes Unidos), el señor Giscard declaró: «Puedo decir que mis interlocutores me han asegurado que están dispuestos a garantizar la seguridad y la estabilidad de las ventas de petróleo a Francia.»

Se negó a otras explicaciones sobre la cuestión, pero se estima que las buenas relaciones políticas y económicas establecidas con esos cuatro países a lo largo de la semana que termina hoy serán el asiento de la buena voluntad expresada por los emires del golfo, que actualmente le venden a Francia el 15 %de sus importaciones de crudos.

El petróleo, el paquete de contratos económico-industriales de diversa importancia, firmados en los cuatro emiratos, así como la reafirmación de una diplomacia abiertamente proárabe, es el saldo de esta primera parte del viaje del presidente francés. Todo ello ha sido facilitado por la espectacular toma de posición del señor Giscard, desde el primer momento, en Kuwait, reclamando el derecho a la autodeterminación para el pueblo palestino. Este ha sido el pasaporte que, en opinión de todos los observadores, le ha garantizado a Francia un éxito político considerable, reforzando su imagen de país antibloques en el que los árabes pueden consolar su desconfianza de la URSS y de EEUU. Por otra parte, el mismo pasaporte palestino ha facilitado a Francia el establecimiento de relaciones económicas fructuosas con países con los que, salvo Emiratos Arabes Unidos, apenas mantenía intercambios.

Hoy, en Jordania (el 60% de la población es de origen palestino), el presidente galo, al lado del rey Hussein, pronunciará un discurso en el que deberá explicar en qué consiste para él la autodeterminación de los palestinos. El rey Hussein pleitearía, según se anuncia, ante el presidente en favor del reconocimiento de la OLP y del recibimiento oficial, en París, de Yasser Arafat, aunque esto último no parece que se realice de manera más o menos inmediata.

Ayer, a última hora, se supo en París lo que, de ser cierto, constituiría probablemente el broche de oro del peregrinaje árabe de Giscard: un periódico de Kuwait, apoyándose en «fuentes francesas», aseguró que el presidente galo se disponía a proponer una cumbre a Carter, Brejnev y Schmidt, con el fin de encontrar soluciones al asunto afgano y al palestino; es decir, la supuesta reunión de los cuatro intentaría formular un nuevo salvoconducto a la detente, deteriorada por la crisis presente. En París, el Ministerio de Asuntos Exteriores declaró que «no sabemos lo que Giscard tiene en la cabeza», y por lo demás, tampoco la prensa de Kuwait goza de la mayor credibilidad.

Entre tanto, en Israel, según informa nuestro corresponsal Víctor Cygielman, aumenta la inquietud al ver cómo los países europeos, uno tras otro, van apoyando la proclamación francesa a favor de la autodeterminación de los palestinos.

«No es precisamente el contenido de esta proclamación lo que nos sorprende. Realmente no hay nada nuevo», dijo en Jerusalén el ministro de Asuntos Exteriores.

«Es la evolución de una política que parece decidida a sacrificar a Israel sobre el altar; pero no sobre el altar de los palestinos, sino sobre el altar del petróleo», añadió.