Presentación de "El divorcio, defensa del matrimonio", de Luis Zarraluqui

El autor del libro es abogado matrimonialista

El divorcio, defensa del matrimonio, es el título del libro de Luis Zarraluqui, editado por Bruguera, cuya presentación, el jueves pasado, en el Club Internacional de Prensa y a cargo de Eduardo Haro Tecglen y Antonio Mingote, estuvo amenizada por la asistencia de varias famosas del mundo del espectáculo -Carmen Sevilla, Paquita Rico, Massiel, etcétera- amigas o clientes del autor, abogado matrimonialista continuador de una larga tradición heredada de Luis Zarraluqui, padre. «Un personaje extraordinario, que sabía convertir lo científicamente imposible en mágicamente posible», como recordó Har...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El divorcio, defensa del matrimonio, es el título del libro de Luis Zarraluqui, editado por Bruguera, cuya presentación, el jueves pasado, en el Club Internacional de Prensa y a cargo de Eduardo Haro Tecglen y Antonio Mingote, estuvo amenizada por la asistencia de varias famosas del mundo del espectáculo -Carmen Sevilla, Paquita Rico, Massiel, etcétera- amigas o clientes del autor, abogado matrimonialista continuador de una larga tradición heredada de Luis Zarraluqui, padre. «Un personaje extraordinario, que sabía convertir lo científicamente imposible en mágicamente posible», como recordó Haro Tecglen en su intervención.

«El libro de Zarraluqui, fiel reflejo de su padre aunque con otras dosis de cartesianismo y universalidad, es un libro necesario que trata de acabar con las enfermedades del matrimonio que, a diferencia de otras enfermedades secretas que ya no son algo vergonzante que deban ocultarse, sigue siendo bastante secreta y bastante grave», añadió.Refiriéndose al título del libro, que algunos pueden tachar de contradictorio u oportunista, Eduardo Haro estimó que, por el contrario, muestra el humanismo que lo inspira y el conocimiento de su autor, quien ha vivido la crisis conyugal como víctima inocente y como protagonista.

Desde una óptica humorística y con lenguaje irónico y desenfadado, que provocó frecuentes risas en el público, Antonio Mingote trató el tema del divorcio a través de una paródica versión crítica de los argumentos que esgrimen sus detractores: «Ese repentizado ejército de grafómanos, que desde que se empezó a hablar del divorcio invaden las secciones de cartas al director de los periódicos», dijo. Entre ellos distinguió Antonio Mingote dos corrientes predominantes: los que se oponen al divorcio por sus creencias religiosas y quienes lo hacen en nombre del carácter indisoluble del vínculo matrimonial. De los primeros destacó su ductilidad y condescendencia cuando lo de Dios es separado por la autoridad eclesiástica consagrada. «Pero más intransigentes son los que propugnan que el matrimonio es indisoluble por ley natural, incluso para los ricos», apuntó.

El autor explicó a continuación el origen de su libro, que no es un producto de la herencia paterna, a cuya memoria está dedicado, sino de la lectura de un comentario antidivorcista aparecido en la prensa, donde se comparaba el divorcio con el terrorismo.

«Me gustaría que las personas que se oponen al divorcio se sentaran en mi mesa y ante los casos de vidas destrozadas que allí se presentan, muchas veces jóvenes de muy pocos anos, que han cometido un error disculpable, fueran capaces de decirles tajantemente que no hay solución ni salida para ellos.»

Luis Zarraluqui, que se declaró defensor del matrimonio como todos los divorcistas que por el hecho de serlo revelan su afición al vínculo matrimonial, terminó diciendo que su libro es un intento de mejorar y humanizar la regulación de una institución que considera pilar fundamental de la sociedad.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En