Crítica:

Un interesante y atípico concierto

La nueva actuación del joven maestro madrileño dentro del Ciclo de Cámara y Polifonía vuelve a confirmar sus excelentes cualidades musicales y rectoras: los ensayos podrán ser insuficientes con arreglo a las dificultades de los inquietos y novedosos programas que plantea Encinar, pero su dominio de las partituras y la claridad con que explica su versión mediante el gesto nunca defraudan. Por añadidura, en esta ocasión la respuesta de los profesores de la Orquesta Nacional fue de alto nivel en lo que se refiere al bloque fundamental de los vientos, alcanzándose notable calidad en la colaboració...

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La nueva actuación del joven maestro madrileño dentro del Ciclo de Cámara y Polifonía vuelve a confirmar sus excelentes cualidades musicales y rectoras: los ensayos podrán ser insuficientes con arreglo a las dificultades de los inquietos y novedosos programas que plantea Encinar, pero su dominio de las partituras y la claridad con que explica su versión mediante el gesto nunca defraudan. Por añadidura, en esta ocasión la respuesta de los profesores de la Orquesta Nacional fue de alto nivel en lo que se refiere al bloque fundamental de los vientos, alcanzándose notable calidad en la colaboración de Francisco Corostola al clave (en Poulenc) y notabilísima en la del percusionista Juan G. Iborra (en Weill).El concierto se inició con la interpretación del Rondino, de Beethoven, intrascendente obra que fue tocada con toda corrección, así como la Serenata, op. 7 de un Richard Strauss todavía decimonónico, composición de tampoco excesivas ambiciones estéticas. El resto del programa nos ofrecía tres partituras de nuestro siglo extraordinariamente distintas entre sí: Xenakis, con Akrata, era el representante del lenguaje más avanzado.... aunque no tanto como para «justificar» el conato de pateo habido, máxime después de una interpretación tan entregada y lograda. El público, en cambio, estuvo entusiasta al acoger el fino trabajo orquestador de Poulenc en su Suite francesa sobre viejas músicas y, sobre todo, la espléndida versión escuchada del Concierto para violín y trece instrumentos, original de Kurt Weill.

Grupo de viento de la Orquesta Nacional de España

Director: José Ramón Encinar. Obras de Beethoven, Strauss, Weill, Xenakis y Poulenc. Teatro Real, 26 de febrero.

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