México impone sus precios al gas exportado a Estados Unidos

La agria polémica que durante veintiocho meses enturbió las relaciones entre México y Estados Unidos, por la firme posición azteca de defender los precios de sus productos derivados del petróleo, terminó al iniciarse los envíos regulares de gas al poderoso vecino del norte. Las llaves del gaseoducto construido entre las zonas de producción, en el estado de Chiapas, hasta la frontera méxico-norteamericana, se abrieron para dar paso a los primeros volúmenes contratados por seis compañías privadas, con la autorización del Gobierno de Washington.El acuerdo entre México y Estados Unidos prevé el en...

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La agria polémica que durante veintiocho meses enturbió las relaciones entre México y Estados Unidos, por la firme posición azteca de defender los precios de sus productos derivados del petróleo, terminó al iniciarse los envíos regulares de gas al poderoso vecino del norte. Las llaves del gaseoducto construido entre las zonas de producción, en el estado de Chiapas, hasta la frontera méxico-norteamericana, se abrieron para dar paso a los primeros volúmenes contratados por seis compañías privadas, con la autorización del Gobierno de Washington.El acuerdo entre México y Estados Unidos prevé el envío diario de trescientos millones de pies cúbicos de gas, al precio establecido por las autoridades mexicanas de 3,625 dólares por cada mil pies cúbicos. Este punto precisamente fue el origen del enfrentamiento entre los dos países. La Secretaría de la Energía de EEUU pretendía imponer a México unas tarifas mucho más bajas, que el Gobierno de México nunca aceptó.

Durante unas cuantas semanas, los envíos a través del gasoducto serán de cincuenta o sesenta millones de pies cúbicos diarios, para poner a prueba el perfecto funcionamiento de los sistemas de transporte. Las cantidades irán aumentando hasta completar, a mediados del presente año, la totalidad de los volúmenes contratados.

La capacidad de exportación de gas licuado mexicano, a través de gaseoducto, es de aproximadamente ochocientos millones de pies cúbicos por día. El precio de este producto será ajustado cada tres meses de acuerdo con los contratos establecidos entre las seis compañías importadoras y la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex).

Al mismo tiempo que se anunciaba el comienzo de los envíos regulares de gas a Estados Unidos, las autoridades petrolíferas mexicanas anunciaron el descubrimiento de un nuevo e importante depósito de hidrocarburos, situado en la zona productora de Chiapas-Tabasco. El yacimiento, al que el ingeniero Díaz Serrano, director de Pemex, calificó de «no supergigante», tiene unas reservas de 1.500 millones de barriles. El depósito, en efecto, es pequeño si se compara, por ejemplo, con el de Cantarell, en el estado de Campeche, cuyas reservas están establecidas en 10.000 millones de barriles.

Solamente el 10% del subsuelo susceptible de contener bolsas de petróleo está investigado en la actualidad. Si las prospecciones arrojan el mismo balance de éxitos que hasta ahora, México se convertirá probablemente en el país con mayores reservas de crudos del mundo.

En la actualidad, México produce alrededor de 2.100.000 barriles diarios de petróleo. A finales de 1980 exportará 1.700.000 barriles diarios. Los clientes más importantes son Estados Unidos, que compra 727.000 barriles por día; el segundo es España, que adquiere en la actualidad 60.000 barriles diarios y que a finales del presente año importará 160.000.

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