GENTE

Ernesto Sábato,

el autor argentino de Sobre héroes y tumbas, está indignado, según sus propias palabras, por la decisión del Ministerio de Cultura de su país de asignarle una pensión vitalicia que no le da ni para pagar los sellos de su correspondencia. En total, el Gobierno de Argentina le ha concedido una pensión mensual de 87.000 pesos, menos de 4.000 pesetas. Es el producto de un premio cuyo rimbombante título, Consagración a la literatura, no se corresponde con la asignación de que disfruta. La indignación de Sábalo no obedece tanto a que el importe sea ínfino, sino a que el premio, ...

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el autor argentino de Sobre héroes y tumbas, está indignado, según sus propias palabras, por la decisión del Ministerio de Cultura de su país de asignarle una pensión vitalicia que no le da ni para pagar los sellos de su correspondencia. En total, el Gobierno de Argentina le ha concedido una pensión mensual de 87.000 pesos, menos de 4.000 pesetas. Es el producto de un premio cuyo rimbombante título, Consagración a la literatura, no se corresponde con la asignación de que disfruta. La indignación de Sábalo no obedece tanto a que el importe sea ínfino, sino a que el premio, según él, representa «una pensión a la vejez y a la invalidez».

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