El déficit agroalimentario no está justificado

El enorme déficit que en la actualidad genera la balanza agroalimentaria supone un auténtico drenaje de capitales y una fuerte dependencia, a todas luces excesiva, del suministro exterior de productos tan fundamentales como son los alimenticios, según señala en su último número la revista El campo, del Banco de Bilbao.Todos estos factores, señala la publicación, hacen correr un riesgo permanente a la estabilidad económica y a la paz social del país, en el sentido de que las grandes fluctuaciones económicas y de precios en los mercados internacionales de productos agrícolas inciden de fo...

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El enorme déficit que en la actualidad genera la balanza agroalimentaria supone un auténtico drenaje de capitales y una fuerte dependencia, a todas luces excesiva, del suministro exterior de productos tan fundamentales como son los alimenticios, según señala en su último número la revista El campo, del Banco de Bilbao.Todos estos factores, señala la publicación, hacen correr un riesgo permanente a la estabilidad económica y a la paz social del país, en el sentido de que las grandes fluctuaciones económicas y de precios en los mercados internacionales de productos agrícolas inciden de forma inmediata en los precios de importación y, con ellos, en el índice del coste de la vida.

En plena época de recesión económica como la que vivimos, de acusada penuria de capitales y elevado índice de paro, el déficit agroalimentario no está justificado. Mientras que el desempleo y la falta de capitales pueden coexistir en tanto los salarios reales se mantengan por encima del punto de equilibrio, el déficit agroalimentario supone crear unos 100.000 puestos de trabajo anuales en el extranjero.

La agricultura española participa de forma pasiva en el marco internacional, a pesar de que el intercambio ha adquirido una gran importancia. España es el primer país exportador de cítricos y ocupa uno de los primeros lugares en las exportaciones de aceite de oliva, vino, hortalizas frescas y en conserva y frutas. Pero su exportación en otros productos es prácticamente nula, con lo que las importaciones prevalecen claramente sobre las exportaciones.

Uno de los defectos más visibles del sector agrario español es, según el informe, la enorme dispersión del empresariado; la producción y distribución en masa exigen, para alcanzar un aceptable grado de eficacia, que los empresarios se reagrupen y lleven acciones comunes que, individualmente, serían imposibles.

De todas las industrias, la agroalimentaria es la que se encuentra en mejores condiciones para superar la crisis, puesto que su demanda crece más que la de otros sectores; habría que adoptar entonces, dice el informe, una estrategia para resolver conjuntamente todos los problemas que afectan a esta industria. En este sentido, el Banco de Bilbao sugiere que ha de buscarse una solución permanente, más que unos resultados rápidos a corto plazo; una política de promoción de crecimiento soportada en el progreso tecnológico, formación de capital a través de la inversión autónoma, política activa de mercado e incremento de oferta a los empresarios; y medidas que eliminen las distorsiones o todas las formas de rigidez relativas a los precios.

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