La "modernización" del Museo del Prado facilitaría el emplazamiento del "Guernica"

Declaraciones del profesor Herschel B. Chipp, experto en la obra

Emplazar el Guernica, de Picaso, en España está convirtiéndose en un problema político entre varias ciudades que lo reclaman. Un experto en arte y profundo conocedor de la citada obra, a la que ha dedicado diez años de su vida, es el profesor norteamericano Herschel B. Chipp, que en Madrid ha hablado sobre el cuadro con el director general del Patrimonio Artístico. Una de las ideas que el profesor Chipp acepta como interesante sobre la localización española del Guernica es que el Museo del Prado, donde el pintor quería ver su obra en la España democrática, hiciera como el Louvre y admitiera en...

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Emplazar el Guernica, de Picaso, en España está convirtiéndose en un problema político entre varias ciudades que lo reclaman. Un experto en arte y profundo conocedor de la citada obra, a la que ha dedicado diez años de su vida, es el profesor norteamericano Herschel B. Chipp, que en Madrid ha hablado sobre el cuadro con el director general del Patrimonio Artístico. Una de las ideas que el profesor Chipp acepta como interesante sobre la localización española del Guernica es que el Museo del Prado, donde el pintor quería ver su obra en la España democrática, hiciera como el Louvre y admitiera en su catalogación nuevas formas expresivas del arte contemporáneo. En cualquier caso, el profesor Chipp estima que, sobre todo, este cuadro debe tratarse como el principal trabajo de Pablo Picasso.

Desde la mañana del 1 de mayo de 1937, en que Pablo Picasso vio la primera página, del Humanité francés y observó la noticia gráfica del terrible bombardeo de Guernica hasta hoy, la obra de arte que nació de aquella impresión no ha dejado de ser polémica. En los últimos tiempos, la polémica no se ha centrado en España sobre los aspectos artísticos del principal trabajo del gran artista malagueño, sino en el emplazamiento que debía tener en nuestro país cuando fuera devuelta por. los norteamericanos, que la conservan, y por los herederos de Picasso.El profesor Herschel B. Chipp, catedrático de Historia del Arte de la universidad californiana de Berkeley (Estados Unidos), está en Madrid y en unas declaraciones a EL PAÍS expresó su criterio profesional sobre el indicado emplazamiento.

«No tengo competencias para pronunciarme sobre los aspectos políticos de esta controversia. Históricamente, se puede recordar que Picasso pidió que el famoso cuadro estuviera en el Prado, y esa clase de testamento debe ser respetada. Por otra parte, está el testimonio de André Malraux, quien refirió también los deseos del pintor. Finalmente tenemos la exigencia de la familia, que a través de su abogado ha señalado asimismo que ése, y no otro, ha de ser el emplazamiento.»

«Lo que es cierto», añade el profesor Chipp, «es que el Guernica es una gran obra de arte y que como tal debe ser tratada. ¿Dónde situarla? Alguien debe tomar la decisión. De lo que no cabe duda es, de que merece estar a la misma altura que Goya y Velázquez, por poner dos ejemplos, aunque entre ellos medien grandes distancias de estilo.»

En el Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde el Guernica sigue en depósito, «la obra está arropada por un gran número de otros cuadros de Picasso, que permiten al historiador o al espectador tener una visión de conjunto sobre la obra picassiana». El único lugar donde esa misma circunstancia histórica podría darse en España sería en el Museo Picasso, de Barcelona, sugiere el profesor Chipp. «Barcelona tiene el único museo completamente dedicado a Picasso que hay en el mundo. Esa circunstancia lo convierte, junto con él Prado, de Madrid, en la otra opción que puede barajarse para emplazar el Guernica. En cuanto a la sugerencia de que debe ser Málaga, lugar del nacimiento del artista, el que acoja el cuadro, no me parece viable, porque fue en ealidad en Barcelona, y no en la citada ciudad andaluza, donde Picasso adquirió su madurez artística. Y fue a Barcelona a la que el artista donó gran parte de sus obras desde que, en 1963, murió su gran amigo Sabartés.»

Para terminar con la polémica y salvar el carácter clásico que tiene el Museo del Prado, el profesor Chipp considera como una idea interesante la que apunta la posibilidad de que la citada pinacoteca nacional comience a cambiar la consideración tradicional del arte clásico e incluya en esta definición obras producidas por artistas como Pablo Picasso. «En cualquier caso», señala el catedrático de Berkeley, «en el Museo de Arte Moderno de Nueva Yor esta obra se hallaba en un conjunto que la favorecía, desde el punto de vista de su estilo. Situarla en cualquier otro lado es un problema evidente que ahora deben resolver los españoles, puesto que a ellos pertenece.» Sobre la modernización del Prado, el profesor Chipp añade el ejemplo del Louvre, en París, «un complejo de varios museos en los que caben distintas consideraciones del arte clásico y del arte de nuestro tiempo».

El profesor Chipp conoció a Picasso en 1962. «Era, como escribió Víctor de la Serna, un hombre que pintaba como un torero". Sus vibraciones eran muy buenas. Me emocionó que se interesara más por mi mirada cuando veía su pintura que por la pintura misma. Su actitud ante los movimientos pictóricos podría resumirse en esta anécdota. Una vez le fui a visitar, le confié que escribía una tesis sobre su cubismo y entonces me enseñó una obra cubista hecha por uno de sus imitadores. La destrozó, le cambió por completo el significado y el estilo y luego me la mostró, entre carcajadas. "Voilá", me dijo, "he ahí tu cubismo".»

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