Festival monstruo en Madrid con diez horas de rock

Han llegado los festivales monstruo. Bajo este nombre se agrupan todos aquellos que presentan más de dos grupos, suelen durar varias horas y se celebran, con preferencia, en locales al aire libre.

El primero en tiempo es el que va a tener lugar mañana en el estadio del Rayo Vallecano y que juntará durante unas ocho horas a grupos ingleses y españoles.El susodicho montaje se autodenomina muy pomposamente Festival Mundial del Rock, lo cual bien pudiera ser una pedantería. En realidad es un acoplamiento de grupos cañeros que, eso sí, pueden resultar entretenidos. Sin embargo, la cosa ha em...

Han llegado los festivales monstruo. Bajo este nombre se agrupan todos aquellos que presentan más de dos grupos, suelen durar varias horas y se celebran, con preferencia, en locales al aire libre.

El primero en tiempo es el que va a tener lugar mañana en el estadio del Rayo Vallecano y que juntará durante unas ocho horas a grupos ingleses y españoles.El susodicho montaje se autodenomina muy pomposamente Festival Mundial del Rock, lo cual bien pudiera ser una pedantería. En realidad es un acoplamiento de grupos cañeros que, eso sí, pueden resultar entretenidos. Sin embargo, la cosa ha empezado mal antes de comenzar. Según los anuncios que llenan Madrid (y Bilbao, y Barcelona, donde el evento se celebrará el 10 y el 12, respectivamente) indican los siguientes grupos: Crater, Burning, Bishops, Flamin Groovies y Stranglers. Bueno, pues los Flamin Groovies, mítico, vacilón y magnífico grupo californiano, no vienen. Así, de repente, parece que su casa de discos (Sire Records) no les paga el viaje a Europa, con lo cual se suspende la gira europea. Todo rarísimo, porque los Groovies tienen contratos suficientes en Francia o Alemania como para depender de unos billetes de avión. Sea como sea, lo que está claro es que se ha hecho la publicidad antes de tener seguro el cartel, de donde esa publicidad se transforma inmediatamente en fraudulenta. Los Flamin han sido sustituidos a toda prisa por Eddie and The Hot Rods, un grupete de la primera hornada del punk que tampoco lo hacen mal. El orden de actuaciones será el siguiente, para quienes sólo se interesen por un par de grupos y por no pasar el terrible calor canicular matritense: a las dos de la tarde hay previsto el pase de una película (???) para que a las tres salten a la cancha Crater, rockers madrileños que acaban de editar un single producido por Teddy Bautista. A las cuatro y media de la tarde, saldrá Burning, que al parecer se han convertido en un grupo coherente y que funciona en directo mejor que nunca. Seguirán, a las seis, los Bishops, rockers ingleses a los que se les murió hace pocas semanas su guitarrista Zenon Le Fleur; ya veremos como resultan. A las ocho tendrían que haber actuado los Flamin Groovies, pero, como dije, lo harán Eddie and The Hot Rods. La cosa acabará a eso de las nueve y media o diez, cuando salgan los Stranglers, grupo que tanto puede ser marcha pura como pesadez insoportable.

Otra curiosidad del festival es que no se podrán hacer fotos porque alguien ha comprado la exclusiva. Esto, que no pasa en ninguna parte, es sencillamente una manera más de molestar al personal, ya que se supone que habrá que registrar concienzudamente a cada una de las personas que acudan, para comprobar que no se han traído la Instamatic. No es normal tampoco frente a los fotógrafos profesionales, y además es un absurdo basado únicamente en la, por lo visto, irresistible atracción que la organización parece sentir por cualquier cantidad de dinero, por mínima que sea.

No obstante, el espíritu rocker, mezcla de mártir y juerguista, es capaz de pasárselo bien bajo la solanera, los cambios de programación y todo tipo de faltas de respeto, y, una vez más, es posible que demuestre valer más que todos los intermediarios para constituirse en el verdadero espectáculo. Ahora sólo cabe esperar que, cuestiones como la entrada en el recinto, el servicio de orden, las instalaciones funcionen como debe ser.