Científicos y ecologistas mantienen distintos criterios sobre la caza de focas

El famoso ecologista suizo Franz Weber, creador de la fundación que lleva su nombre, con sede en la localidad helvética de Montreux, viajó a fines de la semana pasada a Estados Unidos, y ayer a Canadá, anunciaron sus más cercanos colaboradores, con el objeto de movilizar a la opinión pública de esos dos países en relación a la nueva temporada de caza de focas y bebés-foca en el golfo de Saint-Laurent.

Weber, un verdadero activista en los temas ecológicos, anunció hace poco que tiene la intención de crear un «tribunal internacional», con sesiones en Bonn, donde abogados y ecologistas juz...

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El famoso ecologista suizo Franz Weber, creador de la fundación que lleva su nombre, con sede en la localidad helvética de Montreux, viajó a fines de la semana pasada a Estados Unidos, y ayer a Canadá, anunciaron sus más cercanos colaboradores, con el objeto de movilizar a la opinión pública de esos dos países en relación a la nueva temporada de caza de focas y bebés-foca en el golfo de Saint-Laurent.

Weber, un verdadero activista en los temas ecológicos, anunció hace poco que tiene la intención de crear un «tribunal internacional», con sesiones en Bonn, donde abogados y ecologistas juzgarán a las autoridades responsables de estas actividades de caza, entre los que figuran los ministros de Pesca de Canadá y Noruega. Asimismo, el ecologista helvético envió la semana pasada una carta a más de ochenta embajadas diplomáticas en Berna, solicitando sea reconocido como representante oficial de la «población de las focas».La agencia suiza de noticias ATS, sensible a las múltiples actividades ecológicas que se desarrollan en Suiza, impulsadas, parte importante de ellas, por Franz Webery su fundación, dedica esta semana una información a la caza de las focas y los perfiles humanitarios, científicos y económicos de dicha actividad.

La información constata que los partidarios y adversarios de la caza de focas redoblaron sus actividades en las semanas que precedieron a la fecha clave, 10 de marzo (fecha oficial de la apertura de la temporada de caza).

Según la misma fuente, la semana pasada, días antes del sábado, ya se habían producido enfrentamientos en el terreno entre opositores y pescadores-cazadores, y las autoridades informaron de la detención de varias personas por estos hechos.

¿La caza de focas y bebés-foca debe ser considerada una necesidad o una masacre? La opinión de los científicos y de los ecologistas, escribe la agencia, es casi siempre diametralmente opuesta. Unos afirman que hay una superpoblación de focas, mientras los otros, que si la caza continúa al ritmo actual, pronto desaparecerá la especie.

El Gobierno canadiense, que fija año a año el número de focas que pueden ser cazadas, «después de estudios y estimaciones científicas», sostiene que el crecimiento de la población de focas continúa, sin que se haya llegado, sin embargo, a los extremos de la superpoblación, que amenazaría los stocks de pescados, dado el hecho de que las focas son fuertes consumidoras de peces.

En relación a la «crueldad» de los sistemas empleados en la caza de focas, el Gobierno canadiense -señala la ATS- afirma que es la menos cruel, y que agentes del Gobierno, a bordo de numerosos barcos, hacen respetar los reglamentos «humanitarios de la caza».

Estos argumentos son contestados violentamente por los ecologistas, que deriuncian que a un gran número de focas se les saca la piel, como una manera de ahorrar tiempo y costos, antes de que el animal esté totalmente muerto.

Por otra parte, a los argumentos «humanitarios» en pro de las focas, se oponen los argumentos «económicos- humanitarios» que defienden la subsistencia socio-económica de los 500.000 habitantes de Tierra Nueva, isla del golfo de Saint-Laurent, una de las diez provincias más pobres de Canadá, aseguran las autoridades de este país. La prohibición de la caza de focas, pone en «serio peligro» la subsistencia de dichos habitantes, aseguran las autoridades.

La ATS, que en su inforniación recoge el punto de vista de, los opositores, constata que éstos sostienen que por concepto de la caza de fócas se obtienen 5,5 millones de dólares al año, de los cuales los pescadores de Tierra Nueva no reciben sino una ínfima parte, llevándose las grandes ganancias los armadores de barcos, los peleteros y los comerciantes en la carne y grasa de focas.

Las últimas informaciones procedentes de Canadá señalan que dos organizaciones, la Green-Peace (Paz Verde), y el Fondo Internacional para la Salvaguardia de los Animales, unidas a ellas Franz Weber, activan la oposición, en la actual temporada, a la «sangrienta masacre» de focas y bebés-foca. El Departamento de Pesca autorizó a siete buques canadienses y cuatro noruegos una captura total de 77.000 focas.

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