Opinión de los partidos políticos

Las posiciones de los partidos políticos españoles sobre el aborto van, según se avanza de derecha a izquierda, del mantenimiento de la legislación actual y la total condena moral, hasta las propuestas de libertad y gratuidad total, pasando por una serie de gradaciones. Tanto Alianza Popular como UCD mantienen la condena, aunque es de prever que la oposición de UCD a una ley de Aborto votada en el Parlamento no sería tan cerrada como la de AP, especialmente tratándose de una ley de aborto eugenésico o ético. Entre los partidos de izquierda, tanto el PSOE como el PCE, parten de posiciones inici...

Las posiciones de los partidos políticos españoles sobre el aborto van, según se avanza de derecha a izquierda, del mantenimiento de la legislación actual y la total condena moral, hasta las propuestas de libertad y gratuidad total, pasando por una serie de gradaciones. Tanto Alianza Popular como UCD mantienen la condena, aunque es de prever que la oposición de UCD a una ley de Aborto votada en el Parlamento no sería tan cerrada como la de AP, especialmente tratándose de una ley de aborto eugenésico o ético. Entre los partidos de izquierda, tanto el PSOE como el PCE, parten de posiciones iniciales a favor de la despenalización y regulación, el PSOE de acuerdo con una resolución de su XXVII Congreso a favor del aborto libre y gratuito y con la sola decisión de la madre, y el PCE con la fórmula algo más vaga de «interrupción del embarazo bajo control médico y en los términos que marque la ley». Aunque ambos partidos trataron, en la discusión del texto constitucional, de introducir fórmulas que no cerraran el paso a su regulación, ninguno de los dos piensa dar importancia a este problema en la campaña electoral. También por la regulación está la ORT y por la despenalización el PTE y el Partido Carlista. Más avanzada es la postura del Movimiento Comunista, cuyo proyecto de libertad y gratuidad total será uno de los ejes principales de su campaña electoral. La postura de otras instituciones de influencia en la vida social es categórica: la Iglesia lo condena, mientras los grupos feministas luchan por su legalización.