Reportaje:MUSICA

"Guadalquivir", un buen grupo de ideas insuficientes

El pasado lunes se presentó en el teatro Monumental el grupo sevillano Guadalquivir. Estas sesiones de principio de semana en el Monumental, así como aquellas que tienen lugar en el teatro Martín, tienden a regularizar el anémico panorama del rock y sus derivados en una ciudad que, a pesar de sus cuatro millones de habitantes, no cuenta con una infraestructura rockera medianamente seria.Por lo que respecta a Guadalquivir. las virtudes y los defectos que presentaba su primer disco (editado hace unos dos meses) se vieron perfectamente reflejados en su trabajo en directo. El grupo e...

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El pasado lunes se presentó en el teatro Monumental el grupo sevillano Guadalquivir. Estas sesiones de principio de semana en el Monumental, así como aquellas que tienen lugar en el teatro Martín, tienden a regularizar el anémico panorama del rock y sus derivados en una ciudad que, a pesar de sus cuatro millones de habitantes, no cuenta con una infraestructura rockera medianamente seria.Por lo que respecta a Guadalquivir. las virtudes y los defectos que presentaba su primer disco (editado hace unos dos meses) se vieron perfectamente reflejados en su trabajo en directo. El grupo está formado por tres solistas (dos guitarras y un saxo y flauta) y una sección rítmica (bajo y batería) en la cual, y a pesar de lo que pudiera parecer, no participan demasiado las guitarras. Así las cosas, los temas poseen casi todos la misma estructura, por lo demás clásica: introducción, tema principal, improvisaciones variadas con algunos cortes y vuelta al tema principal. Esto no es necesariamente malo, pero ocurre que, para realizarlo con un mínimo de variedad, los solistas deben ser en primer lugar muy buenos, y en segundo, poseer la imaginación suficiente para no realizar siempre el mismo solo.

Con respecto a lo primero, los dos guitarras, Luis Cobo y Andrés Olaegui, sí dan la talla (llevan mucho tiempo en esto y lo han aprovechado), mientras el saxo y flauta, Pedro Ontiveros, es demasiado lineal y no parece dominar a fondo las posibilidades tímbricas o rítmicas de su instrumento aplicadas a una música como la de Guadalquivir. Una música basada, sobre todo, en bulerías y rumbas (por allí aparecio incluso una especie de mambo) que recargan por su carácter marchoso el trabajo del batería, Larry, y del bajo, Jaime Casado, que en los conciertos madrileños fueron lo mejor del grupo. El problema no es exclusivo de Guadalquivir, que, por otra parte, son capaces de crear temas preciosos, alegres y susceptibles de mejores desarrollos. Esta es la cuestión en la mayoría de los grupos de aquí: no sólo disponer de la capacidad técnica ni de buenas composiciones, sino ser capaces de llevarlas a sus últimas consecuencias.

Siguiendo con los recitales, que este mes parecen surgir de debajo de las piedras, hay que destacar los que Rosa León y el recuperado Chicho Sánchez Ferlosio realizarán en la sala Vihuela (bajos de la Torre de Valencia), los días 2 y 3 de febrero. El día 5, Felipe Campuzano presentará en el Monumental su Andalucía espiritual acompañado de orquesta sinfónica. El sábado 17 actuará, en sesión de tarde y noche y en el Colegio Mayor Pío XII, el grupo neosalsero Mirasol Colores, sin duda alguna el mejor de los que en estos momentos realizan este tipo de música en España. Antes de todos éstos, hoy, a las siete de la tarde, Oscar Monzó dará un recital en la galería Juana Mordó sobre poemas de Manolo Conde.

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