Biografía

El escritor y diplomático granadino Angel Ganivet se suicidó el 29 de noviembre de 1898, arrojándose a las aguas del río Dwina, en Riga, capital de Letonia, donde era cónsul de España.Ganivet nació en Granada, el 13 de diciembre de 1865. Ensayista y crítico, autodidacta, ingresó en el cuerpo diplomático y fue cónsul en Amberes, Helsinki y Riga.

Su obra fundamental fue Idearium español (1897), que abarca de una forma ambiciosa la comprensión de la esencia española y abre, al mismo tiempo, un nuevo período de la historia crítica de España.

De tema español son también sus dos...

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El escritor y diplomático granadino Angel Ganivet se suicidó el 29 de noviembre de 1898, arrojándose a las aguas del río Dwina, en Riga, capital de Letonia, donde era cónsul de España.Ganivet nació en Granada, el 13 de diciembre de 1865. Ensayista y crítico, autodidacta, ingresó en el cuerpo diplomático y fue cónsul en Amberes, Helsinki y Riga.

Su obra fundamental fue Idearium español (1897), que abarca de una forma ambiciosa la comprensión de la esencia española y abre, al mismo tiempo, un nuevo período de la historia crítica de España.

De tema español son también sus dos obras de carácter crítico: La conquista del reino de Maya por el último conquistador Pío Cid (1897) y Los trabajos del infatigable creador Pío Cid (1898). Otras importantes obras de Ganivet fueron el sugestivo libro Granada la bella (1896), evocación artística y crítica de su ciudad natal; Cartas finlandesas (1898), y su obra póstuma, Hombres del Norte, ambas nacidas de su estancia en Helsinki.

Angel Ganivet era hijo de una familia humilde de Granada. Sus comienzos fueron muy difíciles, pero era un hombre de gran voluntad, lo que le ayudó a superar las circunstancias que se oponían a que siguiera estudios.

Entre los hechos cruciales en la formación del pensador Angel Ganivet se halla su encuentro en Madrid con Miguel de Unamuno, con quien compartió las ideas que les han situado a ambos como puntos de referencia para estudiar la generación del 98.

Sobre la creación literaria de Ganivet dijo otro pensador de ese tiempo, José Ortega y Gasset, que trataba de «ser original a cualquier pirecio». Fue como ensayista -recuerda S. J. Arbó en una biografía de Ganivet- donde el -escritor granadino alcanzó ese perenne objetivo de originalidad.

El traslado a España de los resto mortales de Ganivet, en 1925, fu la ocasión de un homenaje póstumo en el que estaba representaba lo más brillante de la intelectualidad española, especialmente lo jóvenes.

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