Los trabajadores del Hospital General de Asturias piden la dimisión de su órgano de gestión

Los trabajadores del Hospital General de Asturias, que se encuentra amenazado de cierre (véase EL PAÍS 16-XI-78), han solicitado la dimisión del actual órgano de gestión del centro, exigiendo responsabilidades a sus componentes por la gestión realizada hasta la fecha y el nombramiento inmediato de una gestora representativa e interesada en los problemas sanitarios mientras se hace la transferencia de funciones de la Diputación, de la que depende el hospital, al consejo regional preautonómico.

Los trabajadores piden la publicación de las cuentas de la Diputación para su investigación...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los trabajadores del Hospital General de Asturias, que se encuentra amenazado de cierre (véase EL PAÍS 16-XI-78), han solicitado la dimisión del actual órgano de gestión del centro, exigiendo responsabilidades a sus componentes por la gestión realizada hasta la fecha y el nombramiento inmediato de una gestora representativa e interesada en los problemas sanitarios mientras se hace la transferencia de funciones de la Diputación, de la que depende el hospital, al consejo regional preautonómico.

Los trabajadores piden la publicación de las cuentas de la Diputación para su investigación porque no se explican la aprobación de un presupuesto de 1.500 millones de pesetas sin tomar las medidas necesarias para garantizar sus ingresos.

El cierre del Hospital General de Asturias, situado en la zona alta de Oviedo, podría ser el desenlace de la angustiosa situación que atraviesa, agudizada por la orden de suspender el pago a los proveedores dada a la administración del centro por el interventor de fondos de la Diputación. El hospital tiene una deuda acumulada de quinientos millones de pesetas, más un remanente de cien millones del año pasado.

La razón de esta deuda que ahora impide el pago a los proveedores y, consecuentemente, el riesgo de quedar sin suministros de medicamentos, está en que el hospital presta una asistencia que nadie paga completamente: ni la Seguridad Social, ni la Diputación, ni la caja de ahorros, ni los ayuntamientos asturianos. De no encontrarse una solución a tiempo, el cierre seria inevitable, medida con la que Asturias quedaría privada de seiscientas camas hospitalarias de alta calidad asistencial y de algunos servicios en los que la región es deficitaria.

Este hospital, que hasta hace pocos años tenía fama de encontrarse a la cabeza de los hospitales españoles y entre los mejores del mundo, recibe 80.000 visitas ambulatorias, tiene una plantilla de 1.200 trabajadores y un presupuesto de 1.500 millones de pesetas.

Archivado En