Cartas al director

Morir «al volante»

¿Sabe usted en qué se parecen un enfermo de la Seguridad Social y un corredor de fórmula 1? Estoy en situación de poder decírselo, como podrá ver.Los días 16-11-77, 19-12-77 y 2-1-78 escribo al inspector jefe de la Delegación Provincial de la Seguridad Social, exponiéndole mis quejas sobre la asistencia prestada (es un decir) en un caso que venía de atrás.

Soy citado el 10-1-78 y me recibe un señor, administrativo, que dice no saber nada del caso, que la documentación existente se ha perdido, y que le vuelva a escribir, contándoselo desde un principio.

El 27-1-78 le...

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¿Sabe usted en qué se parecen un enfermo de la Seguridad Social y un corredor de fórmula 1? Estoy en situación de poder decírselo, como podrá ver.Los días 16-11-77, 19-12-77 y 2-1-78 escribo al inspector jefe de la Delegación Provincial de la Seguridad Social, exponiéndole mis quejas sobre la asistencia prestada (es un decir) en un caso que venía de atrás.

Soy citado el 10-1-78 y me recibe un señor, administrativo, que dice no saber nada del caso, que la documentación existente se ha perdido, y que le vuelva a escribir, contándoselo desde un principio.

El 27-1-78 le envío un somero relato del caso. Con fechas 5-6-78 y 20-9-78 vuelvo a dirigirme a este señor en solicitud de una solución. Con fecha 30-10-78 recibo notificación de presentarme en las oficinas de la Seguridad Social.

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(Pasa a la página 10)

Morir al volante

(Viene de la página 9)El 2-11-78, es decir, después de doce meses, me recibe el mismo señor administrativo, me indica que aún no ha recopilado los datos extraviados, pero que como lo urgente es solucionar el caso médico me ofrece un volante para que sea atendido.

La respuesta a la adivinanza es obvia: se parecen en que ambos mueren con el volante en la mano.

Creo poder decirlo con conocimiento de causa.

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