Cartas al director

Ahorrar

Como pequeño empresario. que trabaja dieciséis y dieciocho horas diarias llenas de esperanza en una economía con todas las posibilidades de relanzamiento inmediato, observo que después de dos jornadas de lectura de los artículos del equipo del profesor Fuentes sólo aflora un «¿bueno, y qué?», «¿dónde están las soluciones?»No parecen tan difíciles cuando nuestra economía tiene capacidad productiva excedente, una mano de obra abundante de cualquier tipo y nivel, ganas de invertir y unas enormes reservas.

Aun estando de acuerdo en los planteamientos generales del equipo del profesor Fuente...

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Como pequeño empresario. que trabaja dieciséis y dieciocho horas diarias llenas de esperanza en una economía con todas las posibilidades de relanzamiento inmediato, observo que después de dos jornadas de lectura de los artículos del equipo del profesor Fuentes sólo aflora un «¿bueno, y qué?», «¿dónde están las soluciones?»No parecen tan difíciles cuando nuestra economía tiene capacidad productiva excedente, una mano de obra abundante de cualquier tipo y nivel, ganas de invertir y unas enormes reservas.

Aun estando de acuerdo en los planteamientos generales del equipo del profesor Fuentes, este parece haber olvidado la premisa más importante y primera: el ahorro.

La inversión nace y se hace de él, sin ahorro la inversión es imposible. Porque nunca los políticos mencionan soluciones tan evidentes como:

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- Suprimir las cargas por Seguridad Social y crear un único impuesto sobre la renta personal y de sociedades que alcanzara un promedio del 35%.

- Desgravación total de impuestos y/o hasta suvencionarlo para todo tipo de ahorro.

- Reducción del presupuesto estatal en un 25% y aumento de la productividad de la Administración en el mismo porcentaje (no es mala idea predicar con el ejemplo).

- Fijación del porcentaje máximo del PIB que el Estado pueda disponer.

- Desgravación total de los beneficios obtenidos de actividades exportadoras.

- Sobretasas a los beneficios ,procedentes de actividades. importadoras.

Parecería que de esta manera se obtendría un alto incentivo al ahorro, a la exportación y a la inversión. Los Gobiernos empezarían a poner sus casas en orden, tendrían muy pocos incentivos para crear inflación, aprenderían a ser realistas y guardar sus demagogias, tendrían gran incentivo para ser productivos, pues no dispondrían de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos ni en la forma ni en la cantidad que ellos quisieran y cuando lo desearan. Y sobre todo, la economía crecería debido a un aumento de la producción real siguiéndole entonces el aumento de la masa dineraria y no primero estar pensando en que ello conllevaría un aumento de la producción.

Cierto que la cuestión política queda olvidada, pero en una democracia en la que se reconoce la economía social de mercado, ¿qué político con la «bolsa» bien controlada se saldría de sus fueros?

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