La Comisión Europea, dispuesta a ampliar las licencias pesqueras a España

Hoy continuará en Bruselas la serie de negociaciones pesqueras España-Mercado Común que, desde hace casi tres años, pretenden resolver el perjuicio creado a los pescadores españoles al limitar la Comunidad su libertad de pesca en la zona de las doscientas millas de aguas de pesca CEE. «Soy optimista», declaró a EL PAIS Víctor Moro, subsecretario de Pesca y Marina Mercante que, junto con el embajador Bassols, negociará hoy con los comunitarios. El punto clave sigue siendo, como siempre, determinar cuál será el número de licencias que la Comunidad concederá para los barcos españoles.Actualmente ...

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Hoy continuará en Bruselas la serie de negociaciones pesqueras España-Mercado Común que, desde hace casi tres años, pretenden resolver el perjuicio creado a los pescadores españoles al limitar la Comunidad su libertad de pesca en la zona de las doscientas millas de aguas de pesca CEE. «Soy optimista», declaró a EL PAIS Víctor Moro, subsecretario de Pesca y Marina Mercante que, junto con el embajador Bassols, negociará hoy con los comunitarios. El punto clave sigue siendo, como siempre, determinar cuál será el número de licencias que la Comunidad concederá para los barcos españoles.Actualmente la CEE ha concedido 121 licencias que España debe repartir entre 392 barcos dedicados a la pesca de arrastre. Ante la dificultad -por propios problemas internos- de que la CEE conceda licencias para todos los barcos, el dilema es saber cuál será el techo de licencias a que estará dispuesta a llegar la CEE. A nivel de Comisión Europea el clima es favorable a un notable incremento. Se habla incluso de llegar a unas 250 licencias que, con los debidos índices correctores, podrían equivaler a autorizaciones de pesca para unos doscientos barcos españoles.

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El peligro es que el compromiso a que llegúen hoy o mañana españoles y comunitarios deberá ser ratificado por los nueve Estados miembros..Ahí pueden aparecer nuevos escollos, ante las diferencias de intereses pesqueros de Gran Bretaña y el resto de países de la CEE frente a las peculiaridades que representa para Irlanda y Francia la presencia de barcos españoles en la zona de las doscientas. millas de aguas comunitarias. Se duda que el próximo Consejo de Agricultura y Pesca de la CEE, del próximo, lunes, elabore un acuerdo en función del posible compromiso que le presente la Comisión Europea.

La decisión inglesa

La decisión de Londres de aplicar medidas unilaterales de pesca, a _partir del 1 de octubre, contrarias a las propuestas de la Comisión Europea destinadas a crear un régimen interno de pesca entre los nueve, complican la posibilidad de acuerdos generosos de la CEE con países no miembros, incluso, los propios pescadores de países comunitarios ven prohibidas sus tareas en la zona controlada por Gran Bretaña. Para torear tal media «anticomunitaria», un armador holandés tuvo la genial idea de formar una sociedad de pesca inscrita en un puerto británico -perfectamente legal en el derecho comunitario-, con lo cual pesca hoy en aguas británicas y vende sus capturas en el mercado holandés. Otros pescadores, belgas en especial, piensan hacer lo mismo. Los telegramas de protesta de los pescadores británicos llueven sobre la mesa de John Silkin, ministro británico de la Pesca, cogido entre la intransigencia de. su Gob.ierno para aceptar un acuerdo de pesca a nivel comunitario y la legalidad que le imponen los tratados de Roma, en tanto que Estado miembro de la -digamos- Comunidad Europea.

Hasta el momento, ninguno de los esfuerzos para lograr un entendimiento básico entre los nueve, con vistas a confeccionar un reglamento pesquero común que rija en el interior de la zona de las doscientas millas, ha chocado con la dispar interpretación de cada Gobierno de los países miembros, lógicamente en defensa de sus respectivos intereses. Disputa a la que no han sido ajenos otros temas de discrepancia en el seno de la Comunidad. Esta eterna discusión interna viene siendo el principal obstáculo a la posible firma de un acuerdo-marco con terceros países, entre los que se encuentra de modo destacado España, que une a una presencia importante de su flota en los caladeros comunitarios, desde antes de la ampliación a doscientas millas, su carácter de país candidato a la adhesión a corto plazo.

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