Debate constitucional en el Senado

El PNV logró que la Constitución reconozca los "derechos históricos" de los territorios forales

Unión de Centro Democrático (UCD) resultó derrotada en la Comisión Constitucional del Senado por los votos unidos de las restantes minorías de la Cámara -doce votos centristas contra trece de los demás grupos- en uno de los temas más controvertidos del proyecto de Constitución: la disposición adicional relativa a los derechos históricos de los territorios forales, que ha quedado modificada a satisfacción de los senadores vascos.Este punto, que originó en el Congreso la retirada del PNV -al no ser aceptadas por el Gobierno las reivindicaciones del Grupo parlamentario Vasco-, quedó drásticamen...

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Unión de Centro Democrático (UCD) resultó derrotada en la Comisión Constitucional del Senado por los votos unidos de las restantes minorías de la Cámara -doce votos centristas contra trece de los demás grupos- en uno de los temas más controvertidos del proyecto de Constitución: la disposición adicional relativa a los derechos históricos de los territorios forales, que ha quedado modificada a satisfacción de los senadores vascos.Este punto, que originó en el Congreso la retirada del PNV -al no ser aceptadas por el Gobierno las reivindicaciones del Grupo parlamentario Vasco-, quedó drásticamente modificado ayer, ante la sorpresa de los propios senadores vascos, y tras unos momentos de confusión, debidos a una mala interpretación, -por parte de algunos senadores, del texto sometido a votación, que finalmente resultó aprobado gracias a los votos de los senadores de designación real Luis Sánchez Agesta (Grupo Independiente), Carlos Ollero (Agrupación Independiente) y Antonio Pedrol (Grupo Mixto), unidos a los de Senadores Vascos, socialistas, Entesa dels Catalans y PSI.

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La falta de apoyo a UCD por parte de su habitual compañero de consenso, el PSOE -que ya advirtió en la jornada anterior que el partido gubernamental debería atenerse a las consecuencias de la ruptura unilateral de los acuerdos sobre la Constitución- y el abandono incluso de los grupos afines, como los integrados en su mayoría por senadores de designación real, fueron la clave de la derrota centrista.

El texto de la disposición adiciorial aprobada por el Congreso con la oposición del PNV, por no aludir a las instituciones representativas de los territorios forales y exigir que la actualización de los derechos históricos se efectuara en el marco de la Constitución es el siguiente: «La Constitución ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales. La actualización general de dicho régimen foral se llevará a cabo, en su caso, en el marco de la Constitución y de los estatutos de autonomía. »

Enmiendas vascas

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Frente a este texto, Miguel Unzueta, en nombre de los senadores vascos, tras las infructuosas negociaciones desarrolladas en los últimos días para llegar a un acuerdo con UCD, defendió ante la Comisión tres enmiendas. La primera, la formulada por escrito en su día, se refería al reconocimiento y garantía de los derechos históricos y al sometimiento a referéndum de los territorios afectados del estatuto de autonomía correspondiente. Como alternativas a esta primitiva enmienda, el señor Unzueta formuló in voce otras dos, por la primera de ellas, se reformaba la enmienda escrita, especificando que «en ningún- caso podrá ser lesionada la foralidad actualmente vigente de Álava y de Navarra». La otra enmienda alternativa, de texto más breve y semejanteal aprobado por el Congreso, decía así: «La Constitución ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales, cuya reintegración y actualización se realizará de acuerdo con las instituciones representativas de dichos. territorios.»

Tras el debate sobre estas enmiendas y la formulada in voce por el senador navarro de UCD Jaime Ignacio del Burgo, encaminada a defender la actual situación foral de Navarra, se iniciaron las votaciones, que originaron un prolongado altercado, debido a un equívoco al que involuntariamente indujo el presidente de la Comisión a algunos senadores, especialmente al señor Del Burgo.

Sometida a votación la primitiva enmienda escrita, fue derrotada por once votos en contra (UCD), diez a favor (Socialistas, Senadores Vascos, Entesa, PSI y GI) y tres abstenciones (Al, Grupo Mixto y el senador de UCD señor Del Burgo). El presidente de la Comisión dijo someter seguidamente a votación «la segunda alternativa del señor Unzueta», cuando en realidad quería aludir a la segunda enmienda, correspondiente a la primera de las dos alternativas ofrecidas a la enmienda inicial. La votación fue ahora de trece votos favorables (los grupos citados anteriormente más los señores Ollero -Al- y Del Burgo), once en contra (UCD) y la abstención del señor Pedrol (Grupo Mixto).

El éxito inesperado de la enmienda vasca conmocionó a la sala, en donde se iniciaron inusitadas carreras de los reporteros gráficos para obtener imágenes de los senadores vascos, a la vez que peticiones de palabra para cuestiones de orden. Las dudas suscitadas sobre cuál había sido realmente el texto votado llevaron al presidente de la Comisión, el socialista José Federico de Carvajal, a ordenar que fueran escuchadas las cintas magnetofónicas que acababan de registrar el debate y la votación. Así se hizo, y la audición de las cintas -como si de una moviola auditiva se tratara- reveló, en medio de un ambiente tenso expectante, que, en efecto, la votación había sido equívoca.

Mientras tanto, ydada la escasa diferencia de un voto registrado en la primera votación, los grupos minoritarios presionaron a los senadores reales que se habían abstenido para que modificaran su voto en el nuevo recuento. Sometido a la decisión de los senadores el texto de la enmienda vasca que figuraba como primera alternativa a la enmienda rechazada, fue definitivamente aprobado por trece votos (socialistas, Entesa, PSI, Senadores Vascos, Al, GI y Mixto) contra los doce de UCD -incluido ahora el del señor Del Burgo) sin ninguna abstención y con el texto que figura en esta misma página.

Entusiasmo

La aprobación de la enmienda produjo un gran entusiasmo en los Senadores Vascos y un revuelo por parte de las minorías, cuyos miembros felicitaron a sus compañeros triunfantes, quienes a través del texto aprobado se consideran incorporados a la Constitución y en trance de solucionar el llamado problema Vasco. El señor Unzueta expresó a EL PAÍS su seguridad de que el Gobierno no se atrevería a intentar romper en el seno del Senado el acuerdo mayoritario logrado democráticamente por la Comisión Constitucional de la Cámara alta. Pocos minutos antes el portavoz de UCD, Antonio Jiménez Blanco, había exclamado: «Pido a Dios que este incidente sirva para arreglar los problemas del País Vasco», a lo que el señor Unzueta contestó que él expresaba el mismo deseo.

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