Casi quince mil personas viven de la agricultura en la provincia de Madrid

En la provincia de Madrid hay casi 14.000 personas que viven de la agricultura, de los cuales 9.000 son trabajadores por cuenta ajena. El problema fundamental con que se encuentran desde hace varios años, al margen de la invasión que el campo sufre por efectos de la urbanización, son las sistemáticas cosechas catastróficas que obtienen.

Este es en síntesis el resultado de un informe presentado por el delegado provincial de Agricultura ante la Comisión Provincial de Gobierno formada en el Gobierno Civil y de cuyas reuniones informó ayer EL PAIS sobre la ponencia presentada por el delegad...

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En la provincia de Madrid hay casi 14.000 personas que viven de la agricultura, de los cuales 9.000 son trabajadores por cuenta ajena. El problema fundamental con que se encuentran desde hace varios años, al margen de la invasión que el campo sufre por efectos de la urbanización, son las sistemáticas cosechas catastróficas que obtienen.

Este es en síntesis el resultado de un informe presentado por el delegado provincial de Agricultura ante la Comisión Provincial de Gobierno formada en el Gobierno Civil y de cuyas reuniones informó ayer EL PAIS sobre la ponencia presentada por el delegado de Turismo.Los problemas genéricos planteados ante la Delegación Provincial de Agricultura parten del crecimiento de la capital y su área metropolitana que de mantener el ritmo de crecimiento actual puede suponer en un futuro próximo que «la provincia entera sea una gigantesca urbe deshumanizada y sin horizontes naturales». Según este informe el panorama demográfico provincial es desalentador. El crecimiento sufrido por la población entre los años 1960 y 1970 fue de un 45% aunque este crecimiento sólo afectó a veinticinco de los 183 municipios existentes. Finalmente se expone que la excesiva parcelación de las tierras agrícolas se traduce en falta de rentabilidad para uso agrario al tiempo que la concentración parcelaria se hace imposible, debido a la revalorización intrínseca de las tierras por su posible urbanización. La delegación de Agricultura no tiene acceso a la solución del problema que plantea el crecimiento desenfrenado del área metropolitana v la revalorización de tierras que impide una concentración parcelaria eficaz. Su misión esencial en los últimos años se concreta en la actividad derivada de las cosechas catastróficas que por diferentes causas se obtiene la mayoría de las temporadas. En el presente año si bien las heladas y el pedrisco no han causado daños importantes más que en puntos aislados de la comarca suroccidental han sido importantes los daños causados por enfermedades criptogámicas consecuencia de la excesiva humedad. Durante la primavera pasada varias fincas quedaron anegadas como consecuencia de las inundaciones del río Henares.

Quizá uno de los temas que durante este año han originado una atención preferente por parte de la Delegación Provincial es la comercialización de productos agrarios procedentes de la provincia en la capital. La proximidad de un enorme centro de consumo como es Madrid no se aprovecha adecuadamente para la colocación ventajosa de producciones provinciales. Las soluciones propuestas abarcan desde la supresión de eslabones en la comercialización hasta el fomento del cooperativismo. Sin embargo parece ser que la solución más inmediata sería la posibilidad de obtener de los agricultores y ganaderos de la provincia productos de alta calidad y, consecuentemente, mayor precio, que podrían ser absorbidos «dado el alto poder adquisitivo de un gran número de habitantes».

El uso social de la montaña

La Delegación Provincial de Agricultura sometió a la comisión provincial de Gobierno un anteproyecto de actuaciones en materia de economía de montañas en zonas superiores a los mil metros de altitud. «Se intenta conseguir un mejor uso social en las zonas de montaña a través de actuaciones en materia de turismo educación y otros servicios industrias y mejora de las redes de comunicación en general.» El anteproyecto tiene un presupuesto de actuación por parte del Instituto para la Conservación de la Naturaleza que asciende a casi 1.500 millones de pesetas, que se realizaría en diez años y garantizaría puestos de trabajo para 270 trabajadores agrarios de zona. «Las labores principales a realizar son las de creación y mejora de pastizales para (lar un fuerte impulso al potencial ganadero de la comarca Y la repoblación forestal de las zonas altas que quedarán libres al concentrar la ganadería con estas nuevas zonas de pastos.»

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