Optimismo ante las nuevas conversaciones entre egipcios e israelíes

Las conversaciones de paz que comienzan hoy en Gran bretaña los ministros de Asuntos Exteriores de Israel y Egipto, con la mediación de Cyrus Vance, se contemplan con cierto optimismo en Washington.Pese a los serios desacuerdos manifestados recientemente por las dos partes, el Gobierno norteamericano confía en que de las conversaciones salga por lo menos unos puntos mínimos de coincidencia, que podrían abrir el camino a posteriores negociaciones y, sobre todo, romper el punto muerto en que se encuentra la situación desde el pasado mes de enero.

Tras la exposición detallada de los respec...

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Las conversaciones de paz que comienzan hoy en Gran bretaña los ministros de Asuntos Exteriores de Israel y Egipto, con la mediación de Cyrus Vance, se contemplan con cierto optimismo en Washington.Pese a los serios desacuerdos manifestados recientemente por las dos partes, el Gobierno norteamericano confía en que de las conversaciones salga por lo menos unos puntos mínimos de coincidencia, que podrían abrir el camino a posteriores negociaciones y, sobre todo, romper el punto muerto en que se encuentra la situación desde el pasado mes de enero.

Tras la exposición detallada de los respectivos planes de paz elaborados por Egipto e Israel, la diplomacia norteamericana cree posible poner de acuerdo a las dos partes sobre cuatro puntos básicos incluidos en ambos planes. Estos puntos serían: un período de transición para la zona, de cinco años, necesidad de alguna forma de autogobierno para los palestinos, garantías de seguridad para Israel y normalización de relaciones entre los dos países, con vistas al establecimiento de una «paz verdadera».

Pero si las conversaciones del castillo de Leeds, lugar escogido a última hora para garantizar la seguridad de los participantes, desembocan en un nuevo fracaso, la Administración Carter no tendrá más que dos opciones.

Una de ellas sería volver a su antigua política e intentar de nuevo resucitar la Conferencia de Paz de Ginebra, lo que implica una participación de los soviéticos, que son copresidentes de dicha conferencia. La otra sería la elaboración de un plan de paz por Estados Unidos.

Hasta ahora. sin embargo, el Gobierno norteamericano prefiere seguir actuando exclusivamente como mediador

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