Muere en accidente el cantante Luis Marín

Luis Marín, cantante popular andaluz, de veintinueve años de edad, murió ayer, hacia las dos y media de la madrugada, en la Ciudad Sanitaria La Paz, a consecuencia de las heridas sufridas al ser atropellado por un coche en el paseo de Calvo Sotelo de Madrid. Según el subdirector del centro, doctor Cabeza, el cantante ingresó con múltiples contusiones, fracturas y rotura de brazo, y falleció tras una intervención quirúrgica para intentar extirparle el citado órgano.Luis Marín nació en Málaga, para emigrar más tarde a Madrid, concretamente al barrio de Vallecas. Estudiante de Derecho y militante...

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Luis Marín, cantante popular andaluz, de veintinueve años de edad, murió ayer, hacia las dos y media de la madrugada, en la Ciudad Sanitaria La Paz, a consecuencia de las heridas sufridas al ser atropellado por un coche en el paseo de Calvo Sotelo de Madrid. Según el subdirector del centro, doctor Cabeza, el cantante ingresó con múltiples contusiones, fracturas y rotura de brazo, y falleció tras una intervención quirúrgica para intentar extirparle el citado órgano.Luis Marín nació en Málaga, para emigrar más tarde a Madrid, concretamente al barrio de Vallecas. Estudiante de Derecho y militante de la Organización Revolucionaria de Trabajadores, Luis era uno de los jóvenes cantaores que desde el fondo del espíritu andaluz intentan reflejar no un paisaje exótico de sol y alegría, sino ese otro bien distinto de sudor y grito.

La vida artística de Luis Marín sufrió, en primer lugar, la omnipresente represión del franquismo y más tarde las consecuencias del desarraigo de la emigración. Introducido en una ciudad monstruo, no encontró una comunidad natural en la cual desarrollar un trabajo que, como el cante jondo, requiere de la comunicación y comprensión casi intuitiva de los problemas individuales y colectivos. La ciudad es demasiado grande, los intereses tan diversos y la separación de las raíces tan profunda, que el gran mérito de cantaores como Luis Marín o Miguel López, en Barcelona, es el de permanecer.

Sus dos elepés, Cantata de Andalucía y El anarquismo andaluz, mostraban a un cantaor muy limitado desde un punto de vista artístico, pero su testimonio personal merece no sólo respeto, sino agradecimiento.

Luis Marín intentó ser coherente con sus ideas apoyando a los trabajadores cuando lo necesitaban, ayudando a sus compañeros de profesión en la misma medida. Sería muy triste que su muerte fuera utilizada.

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