Oposición de los intereses privados a la reducción del programa nuclear

Las primeras reacciones contra el Plan Energético han comenzado a producirse a pesar de que aún no se conoce oficialmente su contenido. El Gobierno aprobó en su Última reunión el Plan, que será remitido a las Cortes para su definitiva puesta en práctica. Los avances facilitados por los medios informativos sobre el contenido del Plan, al margen de los contactos que los sectores afectados, fundamentalmente el eléctrico, han tenido con los organismos oficiales, han propiciado una primera toma de posición de los intereses afectados. Ayer Sercobe (Servicio Comercial de Bienes de Equipo) facilitó un...

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Las primeras reacciones contra el Plan Energético han comenzado a producirse a pesar de que aún no se conoce oficialmente su contenido. El Gobierno aprobó en su Última reunión el Plan, que será remitido a las Cortes para su definitiva puesta en práctica. Los avances facilitados por los medios informativos sobre el contenido del Plan, al margen de los contactos que los sectores afectados, fundamentalmente el eléctrico, han tenido con los organismos oficiales, han propiciado una primera toma de posición de los intereses afectados. Ayer Sercobe (Servicio Comercial de Bienes de Equipo) facilitó una nota destacando las graves repercusiones para la industria por la reducción del programa de centrales nucleares.

El Plan, en base a las nuevas previsiones de la evolución de la demanda energética y a las disponibilidades de recursos del país y a la necesidad de fomentar recursos autóctonos (carbón y energía hidráulica) contempla la reducción del programa energético de forma que se autorice la construcción definitiva de tres nuevas centrales además de las siete que están en fase de construcción.Esta reducción supondrá la denegación de autorización para cinco o seis centrales de las que en estos momentos están en fase de autorización previa. En el caso de que las paralizadas fueran cinco, según cifras facilitadas por Sercobe la inversión paralizada asciende a 170.000 millones de pesetas, de los cuales 34.400 están ya realizados. La mitad de esa cifra es en bienes de equipo y el resto en servicios de ingeniería y construcción.

En las tres centrales que según medios del sector pueden aprobarse (Sayago, Valdecaballeros I y Vandellós II), el volumen total contratado hasta este fin de año asciende a 64.300 millones (sin contar terrenos, financiación y primera carga de combustible), el pendiente de contratar a 37.100 millones y los pagos efectuados a 15.500 millones.

En base a estas cifras, Sercobe concluye su nota en los siguientes términos: «Es absolutamente imprescindible rectificar el programa nuclear en el sentido de conceder autorización inmediata definitiva para cinco centrales, de las ocho en autorización previa.» Sercobe considera aceptable la demora en la autorización definitiva de dos centrales con menos inversión y la cancelación de otra.

Fuentes próximas al Ministerio de Industria señalaron a EL PAIS que el plan nuclear antiguo estaba basado en un crecimiento de la economía acumulado del orden del 6% anual, que ahora ha sido rectificado al 4% y que impone una, reducción del programa. En segundo término, se pone de relieve la importancia de una adecuada asignación de recursos a sectores que generen empleo permanente y capacidad exportadora, ya que por esta vía se sitúan la! prioridades de la economía.

La polémica entre el Ministerio y los sectores privados implicados en la polémica nuclear se centrará, previsible mente, en el contenido jurídico de la autorización previa y sobre si la cancelación de ésta genera obligaciones de indemnizaciones a los afectados por parte de la Administración.

El proyecto de instalación de una central nuclear tiene una serie de fases antes de llegar a la autorización definitiva por parte del Gobierno. En estos momentos, además de las siete centrales en construcción, existen proyectos para instalar otros diecinueve grupos de mil megawatios en su gran mayoría (dos de 1.200, una de 970 y dos de novecientos). Todos estos proyectos pueden considerarse descartados en su práctica totalidad con la excepción de Escatrón, uno de cuyos grupos es iniciativa de ENDESA y ENHER (empresas mayoritarias del INI).

En opinión de algunos juristas, la autorización previa no presupone la definitiva, sino que posibilita el desarrollo de estudios en un emplazamiento concreto.

En medios oficiales no se ha podido confirmar cuáles son las centrales que. según el plan podrán pasar a la fase de autorización definitiva de construcción. Una de ellas, según señala el Plan, será la de Escatrón, en base a iniciativas de empresas públicas. Las otras dos, según todos los indicios en cuanto al grado de realización del proyecto, estarán entre las de Sayago en Zamora (100% Iberduero con tecnología Westinghouse y mil megawatios de potencia); Valdecaballeros I, en Badajoz (Sevillana e Hidrola a partes iguales, tecnología General Electric y mil megawatios de potencia), y Vandellós II, en Tarragona (100% FECSA, tecnología Westinghouse y mil inegawatios de potencia). Quedan definitivamente descartadas, a la vista de lo reducido de su inversión, Regodela, Vandellós III y muy previsiblemente el segundo grupo de Valdecaballeros y los dos de Trillo.

Al margen del tema nuclear, el Plan Energético no ha despertado más polémicas.

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