Francia, después de las elecciones

Giscard mantendrá a Barre al frente del Gobierno en una primera etapa

El presidente Giscard d'Estaing deberá anunciar hoy, a través de la radio y la televisión, cuáles serán los objetivos de la «apertura» tantas veces anunciada por los candidatos presidencialistas de la UDF (Unión por la Democracia Francesa), y que tendría por rinalidad instaurar, durante los tres próximos años, una «política de centro-izquierda» que rompa la actual bipolarización del país.

El discurso que pronunciará hoy el presidente es esperado con enorme expectación en los medios políticos franceses que consideran que, con el resultado de estas elecciones, el señor Giscard dispone aho...

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El presidente Giscard d'Estaing deberá anunciar hoy, a través de la radio y la televisión, cuáles serán los objetivos de la «apertura» tantas veces anunciada por los candidatos presidencialistas de la UDF (Unión por la Democracia Francesa), y que tendría por rinalidad instaurar, durante los tres próximos años, una «política de centro-izquierda» que rompa la actual bipolarización del país.

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El discurso que pronunciará hoy el presidente es esperado con enorme expectación en los medios políticos franceses que consideran que, con el resultado de estas elecciones, el señor Giscard dispone ahora de los medios necesarios para emprender la política de reformas anunciada cuando su acceso a la presidencia, en 1974, pero constantemente aplazada durante los cuatro primeros años de su mandato.Nuevo Gobierno

Con esta política, que tiene como perspectiva última las elecciones presidenciales de 1981, el señor Giscard pretende atraerse una parte del electorado que en estas elecciones votó «por el cambio», pero que no encontró una respuesta adecuada en las propuestas de la Unión de la Izquierda. Según un responsable de la giscardiana UDF, el objetivo de Giscard sería recuperar el tiempo perdido durante la primera mitad de su mandato para conseguir reunir en torno a su candidatura para las elecciones presidenciales de 1981 al 60 % de los electores franceses.

Pieza clave de esta estrategia es, en estos días, la cuidadosa formación de un Gobierno que ponga en práctica esa política. Ayer el presidente recibió en el Elíseo al primer ministro, Raymond Barre, en una reunión que tenía por objeto principal el análisis de los resultados de las elecciones legislativas de los días 12 y 19 de este mes.

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Según ciertos medios, Giscard se inclinaría, en una primera etapa por mantener al frente del Gobierno a Barre para acometer, dentro de un>os meses, esa política de apertura. Según otros, Giscard podría optar, ya desde ahora, por desplazar a un hombre cuya política económica de austeridad es contestada al mismo tiempo por los gaullistas y por los socialistas, las dos fuerzas políticas en las que los giscardianos esperan encontrar «Ciertos apoyos» para la política reformista del presidente.

En este sentido, se hablaba ayer con insistencia en París en la más que probable promoción al puesto de primer ministro, en una primera o segunda etapa, de la actual ministra de Sanidad, Simone Veil, el personaje que goza de mayor prestigio dentro de la mayoría y cuya política en ciertos terrenos, como en el caso de la ley del Aborto, han encontrado el respaldo de la oposición.

Detrás de Simone Veil aparecen también como candidatos al puesto de primer ministro los gaullistas Alain Peyrefitte y Jacques Chaban Delmas, dos hombres con los que el señor Giscard podría intentar la dificil tarea de romper el frente del RPR de Chirac. Afirmados como primer partido de Francia y con 153 escaños en la futura Asamblea, los gaullistas continúan siendo la principal fuente de reticencias a una posible política de apertura de la mayoría actual.

Ayer, él Comité Central del RFIR se reunió en París, no tanto para sacar las consecuencias de los resultados de las elecciones, sino para definir su política futura frente a los planes del presidente. Y, en este sentido, el consejo político del partido gaullista se reunió el lunes por la noche para adoptar una serie de decisiones tendentes a tomar distancias respecto del futuro ejecutivo giscardiano.

Y en respuesta a las posibles intenciones del presidente de llamar a personalidades gaullistas a desempeñar puestos de responsabilidad en el futuro Gobierno, el Comité Central del RPR deberá aprobar una resolución según la cual cualquier gaullista que acepte un puesto en el Gabinete cesará automáticamente en sus responsabilidades nacionales o departamentales dentro del partido.

El objetivo del RPR es evitar que la inserción de un gaullista en el ejecutivo comprometa la política del movimiento, de forma que un eventual fracaso de la política reformista del presidente deje las manos libres a Chirac y sus hombres para intentar la ambición última del primero: el asalto a la presidencia en las elecciones de 1981.

Sistema electoral

Pero los gaullistas van aún más allá en su política de distanciamiento. El consejo político del RPR decidió también oponerse a cualquier reforma del sistema actual de escrutinio, en contra de la previsión del secretario general del giscardiano Partido Republicano, Jean Pierre Soisson, quien se ha mostrado partidario de introducir, aunque parcialmente, una corrección proporcional al actual sistema mayoritario a dos vueltas. La reforma del escrutinio, denunciada por la oposición, podría constituir uno de los elementos de la política de apertura del presidente.

Además, el RPR decidió llevar a cabo una «dinámica parlamentaria» propia con la presentación de propuestas de ley en el campo económico -relanzamiento de las inversiones, política de pleno empleo y política contractual-, que van directamente en contra de los planes económicos del Gobierno. Medios periodísticos solventes consideraban ayer que el objetivo último del distanciamiento gaullista respecto del presidente podría conducir incluso a la formación de una especie de «Gobierno en la sombra».

Así, pues, la política de apertura del pre.sidente francés se encontrará, ya desde su mismo comienzo, con un obstáculo difícil de salvar en la oposición, más o menos expresa, del partido que con más votos ha contribuido a la victoria electoral de la actual mayoría presidencial y que, en última instancia, entiende constituirse en alternativa de poder del propio Giscard d'Estaing.

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