La venta de estaño americano, grave golpe a la economía boliviana

La decisión norteamericana de poner a la venta las reservas de estaño acumuladas desde la segunda guerra mundial, calculadas en 50.000 toneladas, puede producir un auténtico caos de este producto en el mercado mundial y el hundimiento económico de países como Bolivia, cuya dependencia de esta materia prima es casi total.El Gobierno boliviano (segundo país productor del mundo, después de la Federación de Malasia), ya ha hecho llegar a la Administración estadounidense una protesta oficial contra lo que se considera una «agresión económica» y un intento de dominio de los mercados mundiales de pro...

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La decisión norteamericana de poner a la venta las reservas de estaño acumuladas desde la segunda guerra mundial, calculadas en 50.000 toneladas, puede producir un auténtico caos de este producto en el mercado mundial y el hundimiento económico de países como Bolivia, cuya dependencia de esta materia prima es casi total.El Gobierno boliviano (segundo país productor del mundo, después de la Federación de Malasia), ya ha hecho llegar a la Administración estadounidense una protesta oficial contra lo que se considera una «agresión económica» y un intento de dominio de los mercados mundiales de productos básicos.

La decisión americana solamente depende de que el Congreso dé el correspondiente visto bueno. La mayor parte de las reservas de estaño que EEUU pretende sacar ahora a la venta fueron vendidas por los países aliados a precios por debajo de las cotizaciones del momento, como una contribución para la defensa de la democracia.

Para Bolivia, cuya economía está sumamente debilitada a causa del endeudamiento externo, sería difícilmente superable un golpe de esta naturaleza. Su principal fuente de ingresos es precisamente el estaño, y la aparición en los mercados de las 50.000 toneladas de las reservas norteamericanas saturaría la demanda mundial de este mineral y permitiría a Estados Unidos un absoluto control sobre los precios.

Los observadores ven en la decisión norteamericana una maniobra para presionar al Gobierno boliviano en los momentos en que el organismo minero estatal negocia con las agencias de comercialización nuevos contratos. Las dos compañías que se encargan de vender la producción del estaño boliviano en Estados Unidos y Europa (Philipp Brother y Metal Chemis, respectivamente), son empresas norteamericanas que se habían lamentado de que las condiciones impuestas por el Gobierno de Hugo Banzer para la renovación de los contratos eran poco realistas.

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