Manifestación contra el cierre de Crady

Pese a la lluvia y el frío, unas 5.000 personas se manifestaron el domingo en Gijón para apoyar a los trabajadores de Crady, industria transformadora de aparellaje eléctrico, amenazada de cierre tras la agudización de la crisis en el mercado de los bienes de equipo, y debido a los problemas empresariales internos, que llevaron a sus propietarios a presentar recientemente en el juzgado la solicitud de suspensión de pagos, por valor de 3.000 millones de pesetas.

Algunas centrales sindicales han visto en la crisis de Crady un intento de los bancos representados en el consejo de adminis...

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Pese a la lluvia y el frío, unas 5.000 personas se manifestaron el domingo en Gijón para apoyar a los trabajadores de Crady, industria transformadora de aparellaje eléctrico, amenazada de cierre tras la agudización de la crisis en el mercado de los bienes de equipo, y debido a los problemas empresariales internos, que llevaron a sus propietarios a presentar recientemente en el juzgado la solicitud de suspensión de pagos, por valor de 3.000 millones de pesetas.

Algunas centrales sindicales han visto en la crisis de Crady un intento de los bancos representados en el consejo de administración para quedarse con la empresa, desligándose de los socios fundadores y de la plantilla actual, que tiene unos 1.300 trabajadores, entre las factorías de Gijón, Madrid y Orense. Los trabajadores están firmemente convencidos de la viabilidad económica de esta empresa transformadora, la única de Asturias.

La manifestación se desarrolló sin incidentes. Los manifestantes coreaban frases como: «Somos conflictivos porque estamos oprimidos»; «No a la reducción de la plantilla»; «Herrero, Hispano, nos echaréis al paro»; «Suárez, atiende, Asturias no se vende»... Al final, los trabajadores se concentraron en la plaza Mayor, donde uno de los trabajadores leyó un comunicado en el que se hacía historia de la empresa desde su fundación, en 1957, y se refería a lo que sus autores consideran como política equivocada de la dirección, de la que serían lógicos reflejos la creación de las factorías no rentables.

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