MUSICA

Estrenos de Peixinho, Arteaga y Bernaola

El sexto concierto del LIM en el Centro Cultural de la Villa, esta vez protagonizado por el Grupo de Clarinetes, ofrecía dos estrenos absolutos -Contexto II, de Arteaga, y Madrigal II, de Peixinho- y la primera audición madrileña de Achorde número uno, de Bernaola. El interesante programa, nueva muestra de la inquietud y de las anticonvencionales miras del LIM, se completaba con N, de Senosiain, las Variaciones laberinto, de Cruz de Castro y el Octet'61, de Cornelius Cardew.Nos referiremos brevemente a los estrenos. Contexto II es ...

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El sexto concierto del LIM en el Centro Cultural de la Villa, esta vez protagonizado por el Grupo de Clarinetes, ofrecía dos estrenos absolutos -Contexto II, de Arteaga, y Madrigal II, de Peixinho- y la primera audición madrileña de Achorde número uno, de Bernaola. El interesante programa, nueva muestra de la inquietud y de las anticonvencionales miras del LIM, se completaba con N, de Senosiain, las Variaciones laberinto, de Cruz de Castro y el Octet'61, de Cornelius Cardew.Nos referiremos brevemente a los estrenos. Contexto II es una meritoria página en la que Angel Arteaga se diría que ha buscado obtener rendimiento del quinteto de clarinetes como tal conjunto, más que atender a la escritura de cada parte individual y, en este sentido, la obra «funciona» perfectamente. Más elaborada me pareció la partitura del portugués Jorge Peixinho, muy rica en sonoridades y en la exploración instrumental: infinidad de formas de emisión del sonido mantienen alto el interés en cada instante.

La página de Bernaola muestra también un claro planteamiento formal, en dos secciones diferenciadas, lo que es bien característico del autor. Resulta sumamente atractivo el final, compases en los que Bernaola ha explotado, asimismo, el efecto de la emisión de aire como posible «timbre».

N, de Senosiain, es casi tan breve como su título, y ello resulta coherente con la simplicidad de la idea generadora: la «serpiente anular», a la que el autor se refiere en las notas al programa. Las bien conocidas Variaciones laberinto, de Cruz de Castro, y el Octet, de Cardew, conceden a los intérpretes una gran libertad de, organización y de búsqueda de sonoridades y formas de ataque, lo que sirvió para advertir, una vez más, la calidad de los instrumentistas y su grado de identificación con la música que trabajan.

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